Ruta por la Montaña Alavesa

Entre las cuadrillas o comarcas que forman la provincia de Alava, la Montaña Alavesa es una de las menos conocidas. Entre los montes de Izki y las sierras de Codes y Lokiz, se encuentra este que nos ha sorprendido gratamente, ya que esconde lugares mucho más bellos de lo que imaginábamos. Maeztu, Corres, Antoñana y Campezo son algunos de los pueblos que hemos visitado en esta ruta de fin de semana.

Podemos acceder al valle cruzando los puertos de Opakua o Azazeta, o si venimos por Navarra, también por Estella. Como nostros salimos de Gipuzkoa, entramos por Agurain y Opakua. En el camino nos llama la atención un pequeño pueblo llamado Contrasta, que decidimos dejarlo para la vuelta, ya que es viernes por la noche y esta oscureciendo. Nuestro primer objetivo es Santa Cruz de Campezo, que tiene Área AC, y vamos directos hasta allí.

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Santa Cruz de Campezo

Santa Cruz de Campezo (o Kanpezu) es la principal población de la Montaña Alavesa. Tiene Área de Autocaravanas (abajo la explicación), así como tiendas, bares y demás servicios. Aprovechando que los viernes hacen pintxo-pote, salimos a dar una vuelta, que así también se conocen los pueblos ( :-p ).

A la mañana siguiente volvemos a dar un paseo, esta vez con la intención de conocer un poco más el pueblo. En la plaza llama la atención la fuente de ocho caños o cabezas. Cerca de allí se pueden ver los pocos restos que quedan de la muralla que antiguamente protegia Campezo.  Por su situación, fue un sitio estratégico, y lugar disputado, durante muchos años, por los reyes de Navarra y Castilla.

Calle arriba, llegamos a la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, edificio construido entre los siglos XIII y XIV y declarado como bien cultural.  Desde abajo tiene una silueta impresionante. Subiendo la escalinata, llegamos a la entrada, y la torre del campanario parece aún más grande. Cerca de la iglesia, vemos varias calles y pasadizos estrechos propios del medievo. Y en la calle principal, observamos varias casas con escudos de armas, como la de Uriarte, Antoñana y la de los Estenegas.

Saliendo del centro y tomando la carretera que va hacia Maeztu, a pocos metros nos encontramos con el Parque de Fresnedo. Se trata de un merendero junto al río, que en verano hace las veces de piscina, y es un buen sitio para pasar el día, darse un chapuzón, tomar el sol o pasar un rato tranquilo a la sombra.

Donde dormir en Campezo

Santa Cruz de Campezo cuenta con una de las mejores áreas que hemos visto por toda Euskal Herria. Se encuentra en la entrada del pueblo, junto al polideportivo y el campo de futbol. Al centro del pueblo se llega en unos minutos a pie. El parking tiene tomas de electricidad, y un espacio aparte para vaciado y llenado de aguas.  Además, el área cuenta con un bonito merendero.

La única pega que encontramos, fue a la hora de entrar, ya que el sistema que utilizan no es muy común en nuestra tierra. Para abrir la valla de entrada y acceder al área, hay que descargarse una APP o aplicación de movil llamada PVERDE (Parking Verde). Eso sí, una vez instalada, es muy fácil de usar, ya que sólo hay que darle a un botón para que se abra la valla. Se paga 3 euros por día, y todos los servicios (también la electricidad) están incluidos.

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Corres e Izki

Como su propio nombre indica, la Montaña Alavesa está rodeada de montes. Pero los Montes de Izki tienen un significado especial, ya que se encuentran en medio del valle. El pueblo de Corres es una de las principales entradas a dicho parque natural.

Corres es un pueblo pequeño, de 26 habitantes, aunque los fines de semana y sobre todo en fiestas, hay mucho más movimiento. A unos 500 metros del pueblo se encuentra el parking de entrada al parque natural, con merendero y todo. Nos hemos encontrado con varias furgos y ACs. Aparcamos nuestra furgo allí y damos un paseo.

Los montes de Izki fueron declarados Parque Natural en 1989. Se trata de una zona de más de 9.000 hectáreas. Además de bosque, tiene algunas cimas; la más grande es la de Kapildui, con 1.175 metros. Después de dar una vuelta, cogemos el camino que va desde el parking hasta el pueblo.

Se llega al pueblo en apenas 10 minutos andando. El pueblo es tan bonito como pequeño, ya que sus calles y casas están bastante bien cuidadas. Llegamos en plenas fiestas del pueblo, y aunque por la mañana no hay muchas actividades, se nota que hay más movimiento del habitual. Después de ver el pueblo y tomar algo en el bar, volvemos al parking.

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Maeztu

Dejamos atrás los Montes de Izki y el pueblo de Corres, para bajar hasta Maeztu. Estamos hambrientos y hemos dado una vuelta rápida por el pueblo, antes de sentarnos a comer.

Aunque desde la carretera el pueblo no parece nada especial, Maeztu tiene un casco bonito e interesante. Por la calle mayor llegamos a una pequeña plaza, donde volvemos a ver una fuente de ocho caños, esta más antigua, datada en 1865, y construida frente al palacio de los Samaniego. A pocos metros se encuentra la Iglesia de la Invención de la Santa Cruz, del siglo XV (fue ampliada en el XVIII). Una de las peculiaridades de esta iglesia, es el reloj del campanario, donde un personaje llamado Papamoscas sale a cantar las horas.

Hemos comido en el restaurante Los Roturos, junto a la carretera. El comedor estaba lleno, pero nos han dado la opción de comer algunas raciones en la terraza, y ha sido todo un acierto! No os vayáis sin probar la morcilla, hecha de arroz y verduras.

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Antoñana

A medio camino entre Maeztu y Campezo, se encuentra uno de los pueblos que más nos ha sorprendido en este viaje: Antoñana. Se trata de un pequeño pueblo medieval; Sancho el Fuerte rey de Navarra construyó sus muros en 1.182, un año después de la creación de Vitoria-Gasteiz. Hoy en día, aún mantiene su estructura, y también gran parte de los muros.

Caminar por sus calles es viajar en el tiempo. Han mantenido los portones de entrada, y sus casas y calles, a pesar del tiempo pasado, siguen teniendo el carácter de otras épocas. Entre dichas calles, encontramos estrechos pasadizos que despiertan la imaginación. Junto a la entrada principal, se encuentra la Iglesia-fortaleza de San Vicente Martir. Un amable vecino, nos enseña la antigua cárcel, y nos cuenta que de niños, cuando se portaban mal, los padres les amenazaban con encerrarles allí.

En los alrededores del pueblo hay varias rutas de senderismo. Una de ellas es la que lleva a las cascadas de Aguaque y Molino de Oteo. Otra ruta es la de El Agin, que llega haste el Parque Natural de Izki.

La via verde del tren Vasco-Navarro

A las afueras de este pueblo medieval, cruzando el río y la carretera, se encuenta el Centro de Interpretación de la Vía Verde del Tren Vasco-Navarro. Ese tren funcionó entre los años 1927 y 1967, y tuvo una gran importancia para el valle.

Unía Vitoria-Gasteiz con Estella y Bergara.  Donde una vez estuvieron las vías del trenico como lo llamaban, hoy se encuentra una vía verde que cruza todo el valle, y que sirve para conocer mejor la comarca, tanto a pie como en bicicleta.

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Bujanda

En vez de volver por la carretera principal hacia Campezo, desde Antoñana tomamos otro camino que pasa por Bujanda. Este pueblo es conocido por un misterio, una leyenda o un supuesto milagro. En su iglesia, se conserva el cuerpo momificado de San Fausto, del año 614. Según dicen, su estado de conservación debe ser sorprendente. Quisimos entrar para verlo, pero la iglesia estaba cerrada. Otra vez será.

Desde allí hemos vuelto a Campezo, y tras dar otra vuelta por el pueblo, volvemos al área donde cenamos y pasamos la noche.

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San Vicente de Arana

El domingo por la mañana lo reservamos para ver los pueblos que dejamos pendientes en el trayecto de ida: San Vicente de Arana y Contrasta. No teníamos grandes referencias de ninguno de los dos; de San Vicente nos habían dicho que había un bar curioso que merecía la pena conocer, y eso hicimos.

Llegamos al pueblo y dejamos el coche en una plazuela; a pocos metros se encuenta Casa Vito, el bar que nos recomendaron. Decimos bar, pero también podríamos haber dicho tienda, porque este establecimiento es bar y tienda a la vez. En este local que parece sacado de otra época, te puedes tomar un vino mientras te compras unos calcetines. Es un bar curioso, pero no por ello cutre o desaconsejable. Todo lo contrario! Pedimos unos pinchos de queso y jamón, y como si se tratara de una carnicería, nos sirvieron dos hermosas raciones recién cortadas, envueltas en su papel.

Romería en la Ermita de Santa Teodosia

Hablando con el hombre que regenta el bar, nos preguntan si venimos a la romería. No sabemos ni de que nos están hablando! Resulta que cerca de allí, en la Ermita de Santa Teodosia, justo ese día celebran una fiesta o romería.

Como estámos cerca y no tenemos prisa para volver,  damos una vuelta para ver de que se trata. Es una fiesta que celebran todos los años, a finales de septiembre. Suele juntarse mucha gente, celebran una misa, y después se juntan para comer en las mesas que hay cerca de la ermita. Además del buen ambiente, desde allí arriba hay unas vistas impresionantes del valle!

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Contrasta

Bajo el puerto de Opakua, a una altitud de 825 metros, se encuentra Contrasta, otro pequeño pueblo de 55 habitantes. Nos llamó la atención en el viaje de ida, y nos prometimos que de camino a casa pararíamos para verlo mejor.

Una iglesia-fortaleza nos da la bienvenida. Pasamos por debajo de su arco-entrada para acceder a lo que era el pueblo amurallado. La torre cuenta con almenas y matacanes para la defensa. El pueblo consiguió el título de villa en 1256. Por su cercanía con Navarra, fue fortificada y amurallada. Algunas partes de dicho muro todavía se conservan. Aunque tuvo su época de gloria, el éxodo rural causó estragos (como en otros pequeños pueblos de la zona) y hoy en día varias casas están abandonadas.

Y con esta última visita acaba nuestra ruta de fin de semana por la Montaña Alavesa. Es una zona que no conocíamos y nos ha sorprendido muy gratamente. Seguro que nos hemos dejado algún que otro pueblo y muchos rincones por ver; por eso, seguro que volveremos!!!