Ruta por los pueblos más bonitos de Girona

Siempre nos ha gustado Cataluña, y llevábamos tiempo pensando en hacer una ruta por los pueblos más bonitos de Girona, combinando zonas del interior con pueblos de la costa, pueblos medievales con pueblos pesqueros. Sitios con los que se nos caía la baba al verlos en fotos y posts de otros compañeros. Así que la vispera de nochevieja, nos embarcamos en este viaje de 8 días y más de 2.000 kilómetros.

Nuestra ruta

Girona es una provincia muy amplia, y es imposible abarcarla toda en una semana. Queríamos conocer Besalú sí o sí, así que empezamos la ruta por la Alta Garrotxa. Desde ahí nos dirigimos a Girona capital. Cerca de allí se encuentran pueblos como Pals, Peratallada y Monells, que también queríamos visitar.

A partir de ahí fuimos improvisando un poco, ya que queríamos ver pueblos de la costa, pero sin saber el itinerario exacto. Visitamos Tossa de Mar, Calella de Palafruguell y San Martí d’Empuries entre otras.  Por falta de tiempo no llegamos hasta Cadaqués. Como se suele decir en estos casos, no están todos los que son, pero sí son todos los que están.

Partimos por la mañana desde Gipuzkoa, pasando por Navarra y Aragón. Optamos por la autovía del Pirineo, ya que por la autopista nos crujen más de 30 euros en peajes. Comemos algo por el camino y hacia las 16:00 de la tarde llegamos a Besalú, nuestro primer destino.


Besalú

Besalú es uno de los pueblos medievales más bonitos que hemos visitado. El pueblos se fue formando en torno a un castillo que databa del siglo X. Y el impresionate puente de entrada, ya se mencionaba en textos del Siglo XI. Desde entonces ha sido reconstruída varias veces, ya que en la Guerra Civil la demolieron utilizando dinamita. Hoy en día se ha convertido en imagen y principal reclamo turístico de Besalú. En 1966, el pueblo fue declarado conjunto histórico-artístico, dado su gran valor.

Aparcamos en el parking principal (fuera del casco) donde tienen preparado un área de servicios para ACs. Tienen el puesto de vaciado y llenado de aguas, aunque las furgos y ACs aparcan en batería como los demás coches. Cruzando la carretera se encuentra la oficina de turismo, donde venden fichas para agua y electricidad.

Desde la oficina de turismo se accede al gran puente de entrada, que cruza el río Fluviá. El pueblos conserva las típicas calles estrechas y empedradas de los pueblos medievales.

Cruzando la Carrer del Pont Vell, llegamos a la plaza mayor. Siguiendo la calle del Canó llegamos hasta la iglesia de San Vicenç, del siglo XII. Cerca de la iglesia se encuentran el Antic Hospital de Sant Juliá y el Monasterio de Sant Pere de Besalú, ambos vestigios de la época de las peregrinaciones.


LLac de Banyoles

Dejando atrás Besalú, cogemos la carretera C-66 de camino a Girona, no sin antes hacer un alto en el camino para ver el famoso  Estany de Banyoles. Se trata del mayor lago de toda Cataluña, y fue declarada zona de interés natural en 2003.

En los Juegos Olímpicos del 92 fue acondicionado para la celebración de pruebas de remo; hoy en día se siguen aprovechando las instalaciones para la práctica de éste y otros deportes acuáticos. También cuenta con algunas edificaciones curiosas, que parecen casitas que flotan sobre el agua. Hay un camino marcado que da la vuelta a todo el lago, aunque nosotros sólo recorrimos una parte.


Girona

Tras la visita al lago, en pocos minutos llegamos a la ciudad de Girona. En este viaje habíamos pensado más en pueblos que en ciudades, pero hay que decir que Girona nos sorprendió gratamente. Entrar en el casco antiguo es como entrar en otro pueblo y otra época.

Llegamos a la Plaza de la Independencia, donde hay un mercado de productos de artesanía, y muchos bares con terraza. Cerca de ahí se encuentra el río Onyar, donde se pueden contemplar las famosas casas de colores, que parecen estar colgadas sobre el río. Cruzamos por Pont d’en Gómez, uno de varios puentes que sirven para cruzar el río y acceder al Barri Vell o casco histórico.

Subimos por la Pujada de San Feliú hasta la basílica del mismo nombre. Cerca de allí se pueden visitar los Baños Árabes y el monastario de Sant Pere. Entrando por el gran portón de la Carrer de la Força, llegamos a la plaza de la catedral.

La catedral de Santa María fue construida entre los siglos XI y XVIII, por lo que abarca tres estilos arquitectónicos distintos, el románico, el gótico y el barroco. Para acceder a ella desde la plaza, hay que subir una gran escalinata de 90 escalones.

Siguiendo calle arriba podremos ver la parte mejor conservada de las antiguas murallas de la ciudad. En cambio, si nos dirigimos calle abajo por la Pujada de la Catedral, accederemos al Call Jueu o judería, considerada como uno de los núcleos medievales mejor conservados de Europa.

Dónde dormir en Girona

Para pasar la noche elegimos el Área de la Devesa, que se encuentra en el parking del mismo nombre. Tenía buenas criticas, y sus instalaciones y su situación nos parecieron bastante buenas. Se encuentra en el Carrer de Joaquim Vayred, a diez minutos a pie del casco histórico. Y el empleado que nos atendió hizo de guía turístico y nos dio toda la información sobre la ciudad.


Tossa de Mar

Tras pasar la nochevieja en Girona, la mañana de año nuevo nos dirigimos hacia el sureste de la provincia de Girona, para ver uno de los pueblos costeros más bonitos de la provincia.

Tossa de Mar es un pueblo pesquero de unos 5.000 habitantes, creado al amparo del castillo construído entre los siglos XII y XIV como defensa contra los piratas. La muralla y las torres están bien conservadas, y merece la pena hacer el recorrido intramuros. En la cima se pueden visitar los restos de la antigua parroquia de San Vicente, así como el faro.

El pueblo cuenta con una hermosa playa, conocida como Platja Gran, pero hay más de una docena de playas y calas en las inmediaciones del pueblo.


Sant Feliu de Guixols

Una vez en la costa, decidimos seguir conociéndola, esta vez dirigiéndonos hacia el norte. Tomamos la carretera de la costa, que resulta ser bastante serpenteante, pero con unas vistas impresionantes. En algo más de media hora llegamos a Sant Feliú de Guixols, en la Baixa Empordá.

Se trata de un pueblo bastante grande, de unos 21.000 habitantes, que en verano acoge a bastante más gente, ya que es un sitio bastante turístico. Damos una vuelta por la playa y el puerto, y comemos en Cala Jonca.

Dónde dormir en Sant Feliu de Guixols

Sant Feliu cuenta con un área de autocaravanas privada; se llama Área Sagaró y se encuentra en San Pol, un barrio a las afueras del pueblo (unos veinte minutos a pie); pero la playa del mismo nombre está a penas a cinco minutos. Es pequeña pero cuenta con todos los servicios.


Calella de Palafrugell

Seguimos nuestra ruta, y tras cruzar San Antoni de Calongue y Palamós, llegamos a uno de esos sitios que, aunque lo recomiendan en varios sitios, es mucho más bonito de lo que te esperas.

Calella de Palafruguell es un pequeño pueblo pesquero que ha sabido mantener su esencia. Aunque en verano debe de ser un sitio muy frecuentado por turistas, en enero estaba muy tranquilo.

El pueblo cuenta con dos playas, una decorada con casas de colores, y la otra con casas blancas. Dicen que Joan Manuel Serrat se inspiró en ella para escribir la famosa canción Mediterráneo.


Sant Martí d’Empuries

Tras ver Calella por la mañana, volvemos a la ruta dirigiéndonos más hacia el norte, hacia L’Escala, lugar en el que pasamos un par de días hace ya algunos años. Pero en vez de quedarnos allí, seguimos el camino hasta llegar a Sant Martí d’Empuries, otro pequeño pueblo medieval con encanto.

Aunque se trata de un pueblo pequeño, tiene una historia muy rica, ya que desde el siglo VI antes de cristo ha sido poblada primero por los griegos, luego los romanos, y más tarde los árabes. Incluso fue sede episcopal entre los siglos VI y VII. La actual iglesia y los muros son más recientes, ya que datan del año 1507.

A unos 200 metros del pueblo, se encuentra el yacimiento romano de Ampurias, la cual se puede visitar. Al lado hay un gran parking donde había varias furgonetas y ACs, aunque según hemos leído, en temporada alta prohíben la pernocta.


Belcaire de l’Empordá

Para hacer noche nos decantamos por un área del que habíamos oído hablar, el Área Camper Park Massís del Montgrí. Se encuentra en Belcaire de l’Empordá, un pequeño pueblo a mitad de camino entre L’Escala y Torroella de Montgrí.

Es una de las mejores áreas privadas en la que hemos estado. Tiene buenas plazas, baños con ducha y todos los servicios necesarios. Nos atendieron muy bien y nos dieron mucha información sobre la zona. Nos quedó pendiente la visita al Paque Natural del Montgrí, pero aprovechamos la tarde ver el pueblo; su iglesia parroquial, construída entre los siglos XII y XIII, parece una fortaleza vigilada con varias torres circulares.


Pals

Dejamos lo mejorcito de este viaje para el final. Y es que de postre, vimos tres de los pueblos medievales más bonitos de Girona: Pals, Peratallada y Monells. Los tres están a pocos kilómetros de Girona y se pueden visitar en un mismo día.

Pals es un conjunto monumental histórico. Llegamos a un gran parking desde el que se accede al pueblo a pié. La primera mención historíca al castillo de Pals data del año 889. También tiene una torre románica de entre los siglos XI y XIII, conocida como la Torre de las Horas.

Las murallas y la iglesia de San Pere, y en general toda la villa merecen una buena visita.


Peratallada

Muy cerca de Pals, se encuentra otro pueblo que parece sacado de un cuento: Peratallada. Se cree que su castillo data de los diglos X-XI, pero podría ser más antiguo, ya que se menciona en un texto de 1065. Todavía se conservan la torre del homenaje y parte de las murallas. La iglesia de Sant Esteve, del siglo XIII, y el Palacio de Peratallada, del XIV, son otros de sus edificios históricos.

Pero como pasa en Pals, toda Peratallada es un museo viviente, ya que sus casas y sus calles conservan la esencia de aquella época.


Monells

Al preparar nuestra ruta, habíamos echado el ojo a un pequeño pueblo llamado Monells, hoy más conocido y visitado gracias a la pélicula Ocho apellidos catalanes.  El pueblo se construyó alrededor de un castillo, cuyas primeras menciones históricas son del siglo X. Hoy en día sólo quedan sus murallas, pero lo más interesante del pueblo es su plaza y las casas de alrededor.

En la entrada del pueblo hay un parking, que apenas queda a unos 300 metros de la plaza Jaume I. Está formada por casas de piedra con soportales, y son esos pórticos los que le dan ese carácter tan especial. En el medievo se celebraba una importante feria en dicha plaza.

Y aquí termina nuestra ruta por algunos de los pueblos más bonitos de Girona. En el camino de vuelta paramos en Vic, donde dormimos en el área de ACs. El camino de vuelta fue muy tranquilo hasta que llegamos a Navarra, ya que la nieve hizo estragos en las carreteras. La A15 y la N1, el puerto de Etxegarate, estaban cortadas, y tuvimos que pasar la noche en una gasolinera, a escasos 20 minutos de casa… Al final todo quedó en una aventura más, ¡menos mal que teníamos cama y calefacción! Son las ventajas de viajar con la casa a cuestas.

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1 Response

  1. 2019-09-30

    […] Pasamos unos días en Girona capital, una ciudad que nos gustó mucho, en gran medida, porque ha sabido conservar el carácter de su casco histórico. También visitamos algunos de los pueblos más bonitos de la provincia. […]

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