Galicia: Rias Baixas

En nuestra ruta por la costa oeste de Galicia, tras ver A Coruña y la Costa da Morte, seguimos hacia el sur y llegamos a la provincia de Pontevedra, para visitar las Rias Baixas. Es una de las zonas más turísticas de Galicia, y aunque contrasta con la tranquilidad de los pueblos de la Costa da Morte, sus paisajes de gran belleza, las playas y su gastronomía son unos de los principales atractivos.

La ruta

Tras dejar atrás Muros y la Costa da Morte, nos adentramos un poco hacia el interior para conocer Santiago de Compostela. Desde allí volveremos a la costa, hasta Corrubedo. Seguiremos bordeando la costa y las rías, pasando por Illa de Arousa, O Grove o Combarro, entre otros, para acabar nuestra ruta costera en A Guarda.


Santiago de Compostela

No podíamos venir a Galicia e irnos sin ver Santiago de Compostela. Una ciudad importante, no sólo por ser el objetivo de miles de peregrinos, si no también por ser parlamento y gobierno gallego, y por estar considerada como patrimonio de la humanidad. Su casco antiguo alberga varios edificios históricos, entre los que destaca la enorme catedral dedicada al apóstol Santiago.

Siendo como es un lugar de gran afluencia turística, se puede complicar la cosa a la hora de visitar la catedral en algún momento, pero merece la pena. Vemos el edificio sin pagar entrada, con su imponente altar lleno de objetos dorados y su famoso botafumeiro. También vemos la Plaza del Obradoiro, llena de peregrinos, con el gran Palacio Rajoy, sede del ayuntamiento.

Cerca de la Plaza Platerías, callejeamos por la zona de bares en busca de un local que nos habían recomendado, O Gatro Negro. Un bar auténtico donde los haya, que parece sacado de un episodio de de la serie Cuéntame. Es un local pequeño, que apenas tiene cartel (sólo una pegatina en una ventana) que se inauguró en 1920, y donde se pueden probar las tapas más típicas de la zona.

Donde dormir en Santiago de Compostela

· Zona universitaria: Es una zona bastante tranquila en verano. Al acceder a la zona de Campus Sur veremos que las calles más cercanas al casco antiguo tienen ORA, pero si nos adentramos más, encontraremos zonas de aparcamiento libre, donde se puede pernoctar. A pie llegamos al centro histórico en 10 minutos.
· Área AC: Santiago de Compostela cuenta con un Área de autocaravanas, llamada Área de Salgueiriños, que está en la Rúa de Manuel María, un poco apartado del centro pero con una parada de bus cerca.  Se paga 12 euros la noche y 3 más por el cambio de aguas.
· Camping: El Camping Cancelas está situado detrás de un centro comercial. Para ser un camping de ciudad, está bastante cerca del centro, aunque la caminata de vuelta puede hacerse larga. También hay autobuses cerca.

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Porto do Son

Tras la obligada vista a Santiago de Compostela, retomamos el camino de la costa, dirigiéndonos a la zona de las Rias Baixas. Pasamos por Noia, y después de comer en Portosín, hacemos nuestra primera parada en Porto do Son. A demás del puerto, la villa tiene varias playas, y en el centro hay algunos restaurantes. Cerca del pueblo podéis visitar la Playa de As Furnas, rocosa y de increíble belleza, y famosa porque Alejandro Amenábar rodó allí la escena de Mar Adentro, donde Ramón Sampedro sufre el accidente.

Castro de Baroña

Pero uno de los principales atractivos de Porto do Son es el Castro de Baroña.  Se encuentra a varios kilómetros del pueblo, siguiendo la carretera de la costa, pero está bien señalizado. Desde el parking hay un paseo fácil que desciende por la ladera hasta la altura del mar.

Se trata de los restos de un asentamiento construido en una península, formada por unas veinte viviendas circulares y dos murallas defensivas, que estuvo ocupado entre los siglos IV a.C y I d.C.  El sitio es espectacular y merece la pena el paseo.


Corrubedo y Boiro

Continuamos por la costa y nos dirigimos hacia Corrubedo. Allí se pueden visitar el Parque Natural de las Dunas de Corrubedo, y el cabo con el faro. Hace un viento que casi se nos lleva por delante, así que volvemos al coche y seguimos con el camino.

Llegamos a Boiro con intención de dormir en el Área de ACs de Playa Jardín. Habíamos oído que estaba muy bien,  pero lo que nos encontramos no nos gustó tanto. Autocaravanas que ocupaban casi dos plazas, con toldos, mesas y sillas… total, que nos quedamos con sitio, y eso que si todos estuvieran bien aparcados cabrían otros diez vehículos. Pero bueno, seguimos un poco más adelante y entramos en un camping.


Rianxo

Nos adentramos más aún en la Ría de Arousa, y nos paramos a tomar un café en Rianxo. Nos sorprende un mercado en la entrada del pueblo. Paramos en la plaza de Rafael Dieste, con la Iglesia de Santa Comba y el cruceiro en frente, y el curioso edificio de la biblioteca a un lado. También se pueden visitar el puerto o la Casa de Rodriguez Castelao.


Illa da Arousa

Nos disponemos a cruzar la ría de Arousa para llegar a la orilla sur. Pasando por Palleiro y Quintans, llegamos a un puente que atraviesa la ría, y pasando al lado de las Torres de Oeste, llegamos a Catoira (donde unos días antes celebraron una fiesta vikinga, una pena que no llegasemos a tiempo…).

Continuamos pegados a la ría, parando para ver faenar a l@s marisqueir@s, trabajo duro, pero que se agradece cuando nos sentamos a la mesa. Vilagarcía de Arousa es grande, industrial, y pasamos de largo.

Llegamos hasta la Illa da Arousa, una isla conectada a la tierra por un gran puente. Justo al final del puente y al entrar a la isla hay un parking que está junto a la playa, donde se puede pernoctar. Hay una zona reservada con 23 plazas para ACs, que en verano no son suficientes. La policía local pasó varias veces para advertir a las ACs que estaban fuera de la zona que solo podían pernoctar en las plazas destinadas para ello. Les preguntamos si las furgonetas podiamos hacerlo, para dejar sitio a otras ACs, y nos dijeron que si la furgo no destaca mucho, podiamos hacerlo. Eso sí, hay una señal que indica que la estancia máxima es de 24 horas.

Comemos en la zona de restaurantes cerca del puerto y la lonja, buen sitio para conocer la gastronomía local. Tras la comida, volvemos al parking y nos relajamos paseando y leyendo en la playa O Bao. Cenamos un bocata de pulpo en el chiringuito (que buenooo!!!), y dormimos en el parking. Si no teneis sitio, podéis probar en un camperpark privado que han abierto cerca de ahí.


Cambados

Cambados está considerada como la capital del albariño. En el pueblo hay más de veinte bodegas, y la mayoría de los vecinos elabora vino de sus propios viñedos. Visitamos la bodega Albamar de la mano de Xurxo, un jóven vinicultor que elabora un albariño estupendo y que a demás de enseñarnos sus viñedos nos explica el proceso de elaboración. Nos cuenta que las tierras de Cambados, cercanas a la ría, son arcillosas (hay varias tejerías en la zona) y muy apropiadas para cultivar estos tipos de uva. Tras la cata, compramos un par de cajas y volvemos a la costa, para seguir hacia O Grove.


O Grove

Nos damos cuenta de que cuanto más nos adentramos en las Rias Baixas hay más turismo y está cada vez más masificado. O Grove es un buen ejemplo de ello. Aún así, merece la pena hacer una visita.

O Grove es una península unida a tierra por un estrecho istmo. Tomando el camino hacia la derecha llegamos a Grove, principal población de la península. Hay un gran parking en la zona del puerto, que cierran los días que hay feria. Desde el puerto salen varios barcos que hacen diferentes rutas por la costa o alguna isla cercana.

Damos la vuelta a la isla en busca de un camping, hay varios en la zona, pero los más cercanos a Grove están bastante alejados de las playas. Al final, encontramos un pequeño camping, llamado Muñeira, que está pegado a la playa del mismo nombre y tiene unas vistas preciosas.

Cerca del centro de Grove, esta la famosa isla de La Toxa, al que se accede por un gran puente. Es un sitio bastante turístico y comercial, y como ya lo conocíamos de antes, esta vez preferimos no volver. También podéis subir al monte Sidarela, con grandes vistas, o pasar el día en la enorme playa de La Lanzada.


Combarro

Otra vez por la costa, llegamos a Combarro, uno de los pueblos más bonitos de toda la costa. Llegamos por la mañana, antes de que se llene de turistas, y vemos la zona histórica. Estrechas calles adoquinadas, casas de piedra y pequeñas tiendas y gente que vende orujo o albariño casero en el portal de su casa.

En la calle más cercana al mar, vemos los famosos horreos que parecen vigilar las mareas, que suben y bajan cambiando el paisaje por completo. Comemos unas tapas en un curioso bar, la Bodega O Boccoi, de temática pirata.


Baiona

Tras cruzar toda la ría de Pontevedra, y siguiendo la costa, llegamos a Cangas, más grande y turística de lo que esperábamos. Será por la hora, pero no encontramos sitio para aparcar, así que decidimos seguir adelante. Cogemos la autopista y cruzamos la ría de Vigo por un enorme puente, con vistas impresionantes. Al otro lado de la ría se encuentra Vigo, otra importante ciudad portuaria.

Dejamos la autopista y volvemos al camino de la costa; pasando Nigrán y la zona de playas, llegamos a Baiona. Éste era nuestro próximo objetivo, pero como Cangas, siendo el puente de agosto, estaba petadísimo. Vemos el famoso castillo al paso, y por segunda vez el mismo día, decidimos seguir en busca de una zona más tranquila.


A Guarda

Es curioso, con toda la gente que había entre Cangas y Baiona, y parece que al salir de esta última, parece que cruzamos una frontera donde el turismo masivo se detiene, y la costa vuelve a ser más salvaje y tranquila.

Paramos a tomar algo en Oia, donde se puede ver el Mosterio de Santa María de Oia, situado junto al mar. Cerca de allí se encuentra A Guarda. Es un bonito pueblo pesquero que ha crecido hacia el interior, pero la zona del puerto merece una visita.

Castro de Santa Tecla

Uno de los mayores atractivos de A Guarda es el monte Santa Tecla, con unas impresioantes vistas desde la cima; a un lado se ve el pueblo y parte de la costa gallega, al otro, el río Miño, que hace de frontera entre Galicia y Portugal. En el monte Santa Tecla también se puede ver uno de los castros más importantes y mejor conservados de Galicia. La visita coincide con las fiestas del pueblo, y justo en ese día celebraban la Fiesta do Monte en Santa Tecla.


Vilanova da Cerveira

Después de ver Portugal casi a tiro de piedra, no podemos resistir la tentación de cruzar el Miño y llegar a la otra orilla.

Así aterrizamos en Vilanoba de Cerveira, un pueblo precioso en el que, a pesar de estar muy cerca de Galicia, notamos un gran contraste. Llegamos en plenas fiestas del pueblo, y sus calles están engalanadas con banderines y ropas de colores vivos que han colgado los vecinos para adornar las casas. La plaza con la iglesia de San Cipriano y la fortaleza que domina el pueblo merecen una visita. También podéis dar un paseo a pie o en bici por la eco-ruta fluvial que transcurre paralela al río Miño. 

Dormimos en el área de autocaravanas, y al día siguiente aprovechamos para desayunar unos pasteis de belem, que tan buen recuerdo nos dejaron en nuestro viaje a Portugal.

Y aquí acaba nuestro viaje por la costa gallega. Podéis continuar el viaje por la costa de Portugal, o seguir conociendo el interior de Galicia, con la ruta por la Ribeira Sacra, que os contaremos en el siguiente post.

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1 Response

  1. 2018-05-16

    […] Y así acabamos nuestra ruta por la Ribeira Sacra. Recorrimos la zona sur, siguiendo el río Sil. Dos días no nos dieron para más, pero si queréis conocer la zona más a fondo podéis cruzar el río y tirar hacia Lugo. O si preferís seguir hacia la costa, podéis conocer la Costa da Morte y las Rias Baixas. […]

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