Valdegovía y el Valle Salado de Añana

Tenemos que reconocerlo, el oeste de Euskal Herria era hasta ahora bastante desconocido para nosotros, y uno de los lugares que teníamos pendiente de conocer, era la de Valdegovía, en Araba. Para poner remedio a esto, hemos hecho una salida de fin de semana a esta zona, ¡y ha merecido la pena! Hemos conocido el Valle Salado de Añana, la casa-torre de los Varona, el santuario de Angosto, y las cuevas artificiales de los eremitorios, entre otros.

Al igual que otras zonas de Euskal Herria, al quedarse fuera del desarrollo industrial y de las principales vías comerciales, Valdegovía es una zona que hasta hace poco parece haber quedado en el olvido. Pero no siempre ha sido así, ya que antaño fue un importante centro económico, comercial y religioso de Araba y de Euskal Herria. Así lo demuestra la rica historia y patrimonio que ha dejado. Y el haber quedado al margen de ese desarrollo, también le ha ayudado a mantener la riqueza de sus espacios naturales.

Nuestro recorrido

Tras salir de Gipuzkoa y atravesar toda Araba, hemos hecho la primera parada en Añana. Desde allí, hemos conocido pueblos de la cuadrillas de Añana y Valdegovía como Espejo, Vilanañe, Valpuesta, que está en el valle pero pertenece a Burgos, o las aldeas de Pinedo, Corro y Tobillas que conforman el recorrido de las cuevas artificiales.


Valle Salado de Añana

Añana es una localidad que ofrece uno de los paisajes más curiosos de toda Euskal Herria. Desde la época neolítica, se ha producido sal en este lugar, lo que cambió por completo el paisaje y el desarrollo del pueblo. Como consecuencia de esta actividad, fue la primera localidad alavesa que recibió el título de villa en al año 1.140. En la actualidad está reconocido como patrimonio cultural y monumento histórico.

Se puede decir que el vínculo entre Añana y la sal tiene miles de años. En la época neolítica se dieron cuenta de las propiedades que tenían sus manantiales y empezaron a utilizarlos para hacer sal. Sin embargo, la verdadera revolución la trajeron los romanos, que inventaron el sistema de canalizaciones, pozos y eras que todavía se usa hoy en día.

Los manantiales salados de Añana están canalizados por tres vías principales, que derivan el algua a unos 800 pozos. Desde allí, el agua va hacia las mñas de 5.500 eras que hay en el valle. En estos balcones, todo el proceso se realiza de forma natural, aprovechando la energía del sol, ya que a medida que el agua se evapora, aflora la sal.

La visita se realiza a través de unas pasarelas de madera, adentrándose en un paisaje que parece de otro mundo. En él se mezclan el color blanco de las eras, los reflejos del agua, la madera vieja, la piedra y el color del óxido. Al final de la visita, se pueden mojar los pies en una piscina salada. Y en la tienda, se puede comprar sal producida en el mismo lugar. Ofrecen escamas de sal (que utilizan en los mejores restaurantes del mundo), sal de manantial y otros productos elaborados con sal.

Dónde dormir en Añana.

El Valle Salado de Añana también se está preparando poco a poco para el turismo de furgonetas y autocaravanas. Aunque hasta hace poco no había ningún lugar adecuado para ello, en el mismo pueblo han habilitado un gran aparcamiento, un lugar tranquilo para pasar la noche. Tiene amplias plazas y un merendero al lado. Se encuentra cerca del núcleo urbano y a unos cinco minutos a pie de la entrada de las salinas. Eso sí, de momento no dispone de servicio de vaciado de aguas.


Casa – Torre de los Varona

Nos encantan los castillos y no podíamos perder la oportunidad de ver la casa torre de los Varona, la más elegante del valle. Tiene una espectacular torre y un palacio construido en torno a ella. Está renovado tanto por fuera como por dentro y se puede visitar gratuitamente.

El comercio de la sal convirtió el Valle de Valdegovía en una importante vía comercial, y la torre de los Varona fue un punto importante para su conservación. Para conocer su origen hay que retroceder siglos. También se cree que los romanos utilizaron esta zona, aunque fueron los visigodos quienes construyeron, en el siglo VII, la primera torre defensiva.

El edificio actual data de diferentes fases. La torre fue construida entre los siglos XII y XIV sobre una torre anterior. Consta de cuatro pisos; el primero se utilizaba como entrada y establo; el segundo era para recibir a los invitados y para hacer comidas y reuniones; el tercero era el alojamiento de la familia, y en el último, los soldados vigilaban el castillo. Además de tener una amplia visión del valle, esta última planta también realizaba labores de defensa, ya que estaba preparada para lanzar flechas y, en caso de ataques, también tenía almenas defensivas y hasta un matacán.

El palacio fue construido más tarde, ya que la torre fue diseñada para uso defensivo, pero no ofrecía grandes comodidades para vivir. Pasado el período bélico, alrededor de la torre comenzaron a construir un edificio más grande, rodeado de murallas y una fosa. En el interior del palacio se pueden ver hermosos papeles pintados de los siglos XVII y XVIII, así como abundante mobiliario de época. El palacio es propiedad de los descendientes de los Varona y no se puede fotografiar el interior.

También hay una leyenda en torno al nombre del palacio. En el siglo XI, durante la guerra entre los reinos de Castilla y Aragón, la torre pertenecía a la familia Pérez. Eran dos hermanos y una hermana, y esta última, llamada María Pérez, quería participar en esa batalla, aunque en aquella época, sólo los hombres iban a la guerra. Así, vistiendo una armadura masculina y tapándose el rostro, llegó a luchar contra el rey de Aragón, al que logró derrotar. Cuando María le mostró su rostro, el rey de Aragón le dijo: «Has actuado como un hombre fuerte y no como una mujer débil. En adelante te llamarás Varona, y también tus descendientes, y en recuerdo de esta hazaña, usarás las armas de Aragón «. Dicen que de ahí viene el apellido los Varona.


Santuario de Angosto

Si la casa torre de los Varona se encuentra al sur de Vilanañe, al norte se encuentra el Santuario de Angosto. Cuenta la leyenda que un pastor encontró allí la imagen de la virgen, en el año 1098, y construyeron un templo dedicado a ella. En el siglo XIX, los pasionistas instalaron allí su convento.

A la Iglesia se le han realizado desde entonces diversos trabajos de renovación. En el interior presenta retablo renacentista con imagen de la Virgen. Alrededor de la iglesia se encuentra el convento de los frailes y, según cuenta la leyenda, la cueva donde el pastor encontró a la virgen. Está a un kilómetro del casco urbano de Vilanañe y mucha gente va allí a pasar el día, ya que también tiene bar y merendero.

Dónde dormir en Vilanañe.

El aparcamiento del santuario puede ser un buen lugar para pasar la noche, ya que es un lugar tranquilo y con un merendero al lado. Nosotros, sin embargo, hemos elegido el camping Angosto, situado en la misma localidad de Vilanañe; hemos aprovechado para vaciar y llenar el agua de la furgo y pasar una tarde tranquila. El camping está muy bien, tiene buenas plazas con hierba, piscina, tienda y un bar con una gran terraza, que también es una buena opción si queréis comer o cenar algo.


Valpuesta

Aunque se encuentra situado en el mismo valle, Valpuesta es un municipio que pertenece a la provincia de Burgos (Castilla y León). A medida que se acerca a ella desde la carretera, se ve de lejos la colegiata de Santa María, un edificio espectacular para ser un pueblo tan pequeño. De hecho, ha sido un templo de gran importancia histórica.

Allí se instaló una iglesia gótica en el siglo IX y en su lugar, doscientos años después, se construyó un edificio románico. También fue sede duranto siglos de un importante monasterio. Sin embargo, el actual edificio gótico es posterior, ya que se empezó a construir en el siglo XIV. La iglesia y el monasterio pertenecieron al segundo obispado del reino asturiano, y los cartularios hallados allí albergan los que podrían ser los primeros textos escritos en lengua castellana. Los documentos más antiguos datan del siglo IX, y están escritos en romance hispano.

En el interior tiene un retablo del siglo XVI y las vidrieras han sido recientemente renovadas. Sólo pudimos verla por fuera, ya que la mayoría del año permanece cerrada, y se abre en contadas ocasiones para que lo vean los visitantes.

También el pueblo, por pequeño que sea, merece una mención, ya que está declarado como conjunto monumental. Alberga, entre otros, la torre de los Velasco (siglo XIV) y el palacio del inquisidor Don Zaldibar.

Junto a la iglesia hay una elegante casa del siglo XIV. Allí está ubicado el restaurante Los Canónigos, donde nos recomendaron comer, pero como no había sitio lo hemos dejado para otra ocasión. Si tienen previsto comer allí, conviene hacer una reserva con antelación.


Cuevas de los Eremitorios

En la Edad Media, fueron numerosos los ascetas que salieron de las corrientes religiosas oficiales y crearon sus propios movimientos en toda la península ibérica, y también dejaron huella en Araba. Estos ascetas también se denominan eremitas o eremitorios. Huyendo de la majestuosidad de la iglesia oficial, apostaban por un estilo de vida más austero, acudiendo muchas veces a lugares apartados para a vivir en soledad.

Algunos de ellos construyeron cuevas artificiales. Buscaban lugares con piedra blanda y que estuvieran apartados de la civilización. Lo que al principio eran simples moradas de un sólo espacio, se convirtieron en algunos casos, en ermitas o templos religiosos. En total se han encontrado 16 cuevas artificiales en el valle de Valdegovía (en Araba hay más de 100). Tres de ellos se encuentran muy próximos entre sí y forman un recorrido: están situados en las localidades de Pinedo, Corro y Tobillas. Los tres son pueblos muy pequeños que no llegan a los 30 habitantes. Según estudios arqueológicos, las cuevas más antiguas pueden ser del siglo VII.

Pinedo

Hemos hecho la primera parada en Pinedo. A la entrada del pueblo tiene un pequeño aparcamiento, junto a una fuente, donde hemos parado a comer. Preguntamos por algunos vecinos, que muy amables, nos indican el camino que lleva a la cueva. Hay que ir andando por una pista, en un trayecto fácil de apenas un kilómetro.

La cueva es realmente curiosa; está excavada en la roca, tiene dos plantas y varias habitaciones, y también una especie de lucero para la entrada de luz. En uno de los laterales hay varias tumbas.

Corro

En el caso de Corro, antes de llegar al pueblo, dejamos la furgoneta en una zona de descanso junto a la carretera (recuerda que el camino entre los tres también se puede hacer a pie). Las cuevas se encuentran a unos 600 metros de distancia. Encontramos dos, cada una con dos habitaciones, y con puertas de entrada y ventanas. En una de ellas, también hay tumbas. Vistos desde fuera, tienen más aspecto de casa que la de Pinedo.

Tobillas

La más pequeña y oculta de las tres cuevas que hemos visitado se encuentra en la localidad de Tobillas. Hemos dejado la furgoneta en el mismo pueblo y tomando la pista que va hacia el monte, a unos 300 metros, seguimos un pequeño sendero bien señalado, llegamos a la cueva siguiendo una señal. También cuenta con dos estancias separadas, en una de ellas también se pueden ver tumbas.


La Iglesia San Román

De vuelta a Tobillas, hay otro edificio que merece la pena visitar, la iglesia de San Román. Es la iglesia más antigua de Álava, con origen en el siglo IX. De hecho, los cimientos del edificio son de esa época, aunque fue reconstruido en el siglo X. De aquel edificio románico se conservan la entrada y los frisos. Sin embargo, el techo se deterioró y posteriormente se ha renovado, perdiendo algunas de sus características.

Las últimas obras de renovación han sido realizadas recientemente por la Diputación Foral de Álava. Las primeras referencias a esta iglesia datan de 822 y en ella se hace referencia a la necesidad de realizar algunas reformas, por lo que se puede concluir que el edificio es más antiguo.


Parque Natural de Valderejo

El parque natural de Valderejo se encuentra al abrigo de los montes Lerón, Recuenco y Vallegrul. A los pies de esta sierra de piedra calilza se encuentra un espacio natural de rica biodiversidad, con amplios bosques de encinas, hayas y robles.

La Casa del Parque de Valderejo se encuentra en la localidad de Lalastra, de donde parten nueve recorridos. El más conocido de ellos es la ruta del rñio Puro, que pasa por espectaculares desfiladeros. Más información sobre los recorridos, en la página web de la Casa del Parque.

Aunque apenas tuvimos ocasión de verlo por falta de tiempo, volveremos a esta zona natural, que ofrece varios recorridos y bellos parajes.

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