Andalucía (2): Granada y Cabo de Gata



La Semana Santa del 2016 hicimos nuestro primer viaje en furgo a Andalucía, y aunque nos dejó un buen sabor de boca, volvimos con esa sensación de que nos quedaba mucho por ver. Por eso este año hemos decidido volver, pero ésta vez tirando más hacia el este, empezando por el interior (Granada y desierto de Tabernas) hasta la costa (Cabo de Gata). En este viaje nos hemos encontrado con paisajes completamente distintos a los que estamos acostumbrados, desiertos, calas, casas-cueva, monumentos y sitios preciosos acompañados de historia y buena gastronomía.

Nuestra ruta

Si en nuestro anterior viaje visitamos Sevilla, Ronda, Marbella y Cordoba, esta vez nuestro primer objetivo era Granada. Para completar el viaje, estuvimos pensando en bajar a Málaga o Almería, pero siguiendo las recomendaciones de varios compañeros, al final nos decantamos por el Cabo de Gata. Los viajes de ida y vuelta se nos hacían muy largos, así que en ambos casos paramos en Toledo a pasar la noche. En total ha sido un viaje de 10 días y más de 2.500 kilómetros.


Granada

Granada es una ciudad con una historia y una mezcla de culturas que la hacen más que interesante. Creada por los árabes en el año 756, perteneció a los reyes nazaríes hasta que fue tomada por los Reyes Católicos en 1492. Pero esos ocho siglos han dejado una huella imborrable, ya todavía hoy se notan sus raíces árabes, sobre todo en los barrios y edificios más antiguos. Y eso es, precisamente, lo que hace tan especial a Granada

La ciudad está dividida en varios barrios, a demás del centro. El Albayzin es el mejor testigo de la procedencia árabe de Granada. En Cambio, El Sacromonte ha sido durante siglos un barrio de mayoría gitana, que también mantiene su personalidad. El centro es más moderno, pero también se pueden encontrar edificios y rincones con solera.


El centro

La Catedral de Granada es el alma y centro de la ciudad moderna. Es un edificio de proporciones gigantescas de la época del renacimiento. La Semana Santa no es la mejor época para visitarla por dentro -si no está cerrado está abarrotado de gente- también se puede apreciar por las calles que la rodean.

En el centro y cerca de la catedral, se encuentra uno de esos sitios curiosos que evocan el origen árabe de Granada. La Alcaicería es un entramado de calles estrechas bordeadas por unos arcos de entrada, que recuerda a los bazares y mercados de los países árabes. En sus numerosas tiendas llenas de objetos y de color, encontramos productos de artesanía y telas de origen marroquí, así como calzado, ropa y otros objetos.

Callejeando por la ciudad, nos encontramos con otro rincón pintoresco. El Corral del Carbón o Alhóndiga Nueva fue construido en el Siglo XIV, aún en la época árabe, y se utilizaba como posada, almacén y mercado para los comerciantes.  Tras la llegada de los Reyes Católicos, fue subastada y utilizada como hospedaje de carboneros -de ahí el nombre- y como corral de comedias. Tras estar abandonado y haber declarado monumento nacional y haber sido restaurado varias veces, hoy en día la entrada es libre y se puede visitar su patio (gratis).

Otro gran hallazgo que hemos hecho en Granada ha sido el tapeo. Nada que ver con el pintxo-pote de Euskal Herria. No, no. Pidiendo dos cañas te sirven una más que generosa ración. Paella, pollo en salsa con patatas fritas, cuscus con carne… hemos visto y probado de todo. Con dos o tres de esos, no tienes ni que comer! Los sitios de tapas más típicos son la Calle Navas, la Plaza Nueva, El Realejo o el Paseo de los Tristes.

De camino a Albayzin, junto al río Darro se encuentra el histórico barrio llamado Carrera del Darro, con sus puentes de piedra y casas de los siglos XVI y XVII. Siguiendo calle arriba, llegamos al famoso Paseo de los Tristes. Parece ser que los cortejos fúnebres pasaban por esta calle de camino al cementerio, y que de ahí proviene su nombre. Hoy en día, tiene más bien poco de triste, ya que está llena de bares y terrazas, desde la plaza se puede ver La Alhambra. Desde ahí accedemos al Albayzin.


El Albayzin

Albayzin (o Albaicin) es el barrio árabe por excelencia de Granada. Y es que tras la llegada de los Reyes Católicos, todos los árabes que se quedaron en la ciudad fueron confinados en este barrio. Puede que por esos sea la zona de la ciudad que mejor a mantenido su carácter y arquitectura original. Sus calles estrechas y empinadas y sus casas blancas son testigos de ese pasado. Merece la pena perderse por sus callejuelas y andar de un lado para otro, viendo sus casas y plazoletas. En lo alto del barrio, se encuentra el Mirador de San Nicolás, uno de los mejores sitios para ver (y fotografiar) La Alhambra, porque además de verla de frente, parece que Sierra Nevada se alinea con los edificios para posar en la foto.

Una vez visitado y callejeado por El Albayzin, volvemos hacia el centro, pero por el camino, nos encontramos con otra interesante calle: La Calle de las Teterías. Al igual que la Alcaicería, es una calle viva y colorida llena de tiendas de productos de artesanía y de origen marroquí. Pero como el mismo nombre indica, aquí la especialidad son las teterías. Hay varios establecimientos donde probar todo tipo de tes e infusiones, así como las pastas tradicionales de los países árabes.


El Sacromonte

Si Albayzin es el barrio árabe de Granada, El Sacromonte pertenece a los gitanos. Han vivido en este peculiar barrio durante siglos, y hoy en día parece que aún mantengan el mismo modo de vida. Una de las peculiaridades del barrio es que, lo que por fuera parecen casitas blancas, por dentro son cuevas escarbadas en el monte.

Estas cuevas no sólo sirven de vivienda; hoy en día también se utilizan como restaurantes o salas de flamenco (según dicen las mejores de la zona). Nosotros fuimos a una de ellas, en la llamada  La Venta el Gallo. A parte del espectáculo, también ofrecen cenas de tapeo. También se puede visitar el Museo de las Cuevas.

Dónde dormir en Granada

Granada no tiene Área de ACs, y como pensábamos tomarnos tres días para ver la ciudad, optamos por quedarnos en un camping. Fuimos al Reina Isabel, que está en La Zubia. Hay autobuses que van al centro de la ciudad, cada cuarto de hora entre semana, y cada media hora los sábados y domingos. A parte de las parcelas normales, este camping tiene algunas reservadas para furgos y ACs, con lo que nos sale un poco más barato.


La Alhambra

Aunque Granada en sí tiene mucho que ver, no puede negarse que uno de sus mayores atractivos es La Alhambra. Es una ciudadela o ciudad amurallada que contiene varios palacios, templos y jardines. Granada era la capital del Al-Alandalus árabe, y La Alhambra fue durante siglos sede de los reyes y mandatarios nazaríes.

El origen de La Alhambra es muy antiguo; ya en el año 899 se mencionaba un asentamiento militar situado en el monte Sabika. En 1238 se convirtió en la vivienda oficial de los reyes nazaríes, y construyeron un sistema de canalización de aguas propio, muy avanzado para la época. La mayoría de palacios y edificios de La Alhambra se construyeron con posterioridad.

Hay que tener en cuenta que La Alhambra es uno de los monumentos más visitados de toda España; en 2016 recibió a más de 2,4 millones de visitantes. Decimos esto porque pudimos comprobar que en Semana Santa está hasta los topes de gente. Y hacednos caso, reservad las entradas con antelación (un mes mínimo), no sea que os pase como a nosotros, que intentamos reservarlas una semana antes y no había manera…

Qué se puede ver en La Alhambra sin entrada?

¿Y qué hacer en La Alhambra si no tienes entrada? Pues aunque parezca mentira, para cruzar las murallas y entrar a la ciudadela no hace falta comprar entrada. Como hemos mencionado antes, La Alhambra es una ciudad amurallada, por lo que la entrada a ella es pública. Se puede transitar por la calle principal, y ver la mayoría de edificios por fuera, incluso se puede entrar a algunos de ellos.  Eso sí, no podréis entrar a los principales palacios y jardines. Pero para nosotros, fue como un premio de consolación.

Los sitios que sólo se pueden ver con entrada son el Palacio Nazarí, El Generalife, La Alcazaba y los patios de Comares y Leones. En cambio la muralla, la Calle Real, los baños, los cañones, el patio del Palacio Carlos V (foto inferior) y los museos de la Alhambra y el de Bellas Artes se pueden visitar gratis.  Está bien saberlo, ¿no?



Desierto de Tabernas

Bienvenidos al Far West! En Desierto de Tabernas (Almería) fue escenario de docenas de películas tipo western en las décadas de los 70 y los 80. Algunos de ellos formaron el subgénero llamado spagetti western. Empezando por la famosa Trilogía del Dólar de Sergio Leone, Clint Eastwood y Ennio Morricone, pasando por los western cómicos de Bud Spencer a Terence Hill, hasta la más reciente 800 balas del director Alex de la Iglesia, se han rodado en estos lares.

Lo que una vez fueron auténticos platós de cine, soy hoy en día un reclamo turístico. Uno de esos sitios es el Fort Bravo – Texas Hollywood. Para los que somos cinéfilos (y un poco frikis como yo), es un sitio de visita obligada, aunque la entrada pueda parecer un poco cara (19,90 los adultos y 9,90 los niños). Parece ser que empiezan la temporada en Semana Santa, ya que cuando fuimos todavía el ‘poblado’ estaba a medio gas. Con la entrada, a demás de ver los escenarios, te ofrecen dos espectáculos, y puedes andar en un carro tirado por caballos. Aunque el espectáculo no sea nada del otro mundo, sentirse dentro de los escenarios de todas esas pelis míticas mere la pena!


Cabo de Gata

Después de estar tres días pateando Granada de arriba a abajo, nos apetecía un poco de costa, y nos pusimos de camino a Almería. El Cabo de Gata es un sitio muy especial. Es un parque natural situado en la costa, pero con paisajes completamente desérticos. Tiene varios pueblos pequeños de casas blancas, y un sin fin de playas y calas.

Ya que hemos mencionado el parque natural, nos gustaría hacer un pequeño inciso. Aunque se respeta la zona de reserva natural, nos causó una fuerte impresión ver todo el parque está rodeado de invernaderos y plástico. Sabíamos que en Almería había sitios así, pero creíamos que era en la zona entre Motril y El Ejido, y que esta zona se libraría, pero parece ser que el mar de plástico es mucho más grande de lo que pensábamos. A parte de eso y de los mosquitos que nos acribillaron (parece ser que la plaga de insectos tigre llegó el mismo día que nosotros), es una zona con un encanto especial.

La Fabriquilla y el faro

Una vez superada la mala primera impresión, llegamos a San Miguel de Cabo de Gata. Aunque sigue siendo un pueblo, debido al turismo a crecido bastante, y vemos varios apartamentos de veraneo cerca de la playa. Nos alojamos en el camping Cabo de Gata. Desde el pueblo hasta La Fabriquilla apenas hay casas, todo es una zona natural compuesta a un lado por un humedal donde hay un observatorio de aves, y al otro por una playa larguísima. La Fabriquilla toma ese nombre de las salinas y la fabrica para procesar la sal. También cuenta con una solitaria y peculiar iglesia, con una pequeña capilla pero en proporción una torre enorme, que se asemeja más a un faro.

A un par de kilómetros de la Fabriquilla se encuentra el Faro de Gata. Construido sobre un antiguo fuerte militar, tiene 18 metros de altura y dicen que su luz se ve a 300 millas de distancia. Junto al faro, esta la Cala del Corralete, que cuenta con un gran parking.

San José

Una de las poblaciones que más nos ha gustado de Cabo de Gata ha sido San José. Aunque tiene 750 habitantes, es un pueblo que ha crecido con el turismo, ya que hace algunas décadas allí sólo vivían una docena de personas. De ser un pueblo pesquero, ha pasado a ser zona turística, pero ha sabido mantener el carácter de los pueblos blancos de la costa.

Además de su bonita playa, es un sitio ideal para disfrutar de una paella y buen pescado. Hay varios restaurantes, y si tenemos que recomendaros alguno, os diríamos que fuerais al Faro, ya que suelen tener pescado fresco del día, y al menos nosotros comimos de maravilla. Para los aventureros, también se puede hacer snorkel o kayak, incluso hay paseos en barco por la zona.

Cerca de San José hay varias playas y calas. Las más conocidas son la Playa de los Genoveses y Monsul. Hay varias más, pero el acceso es más complicado. Nosotros fuimos a la playa de los Genoveses, y merece la pena ver una playa tan grande, de aspecto totalmente virgen. En verano cobran por entrar al parking, pero en Semana Santa la entrada era libre.

Isleta del Moro

Pero si hay algún pueblo que ha mantenido la esencia de los pueblos pesqueros, esa es la Isleta del Moro. Es un pequeño pueblo formado por casas blancas pegadas al puerto, con una plaza pequeña que hace las veces de centro de reunión y mercadillo. Tan pronto como nos acercamos al puerto, ya vimos varios barcos de pescadores que estaban faenando. También hay un restaurante donde se puede comer mirando al mar.

La Isleta debe su nombre a una roca que se adentra en el mar. Dicen que esta zona fue morada de árabes y piratas, y que le pusieron el nombre en honor a Mohamed Arráez. Hay un pequeño sendero desde el que se puede apreciar mejor la isleta. Desde allí, también se pueden ver la Playa del Peñón Blanco (tiene parking, pero también se puede ir andando desde el pueblo) y la población vecina de Los Escullos.

Y es que Los Escullos se encuentra muy cerca de La Isleta. Como ésta, también se trata de un pequeño pueblo de muy pocos residentes, pero con casas de veraneo. Cerca de allí se encuentran la Playa del Arco y la Playa del Esparto.

En el camino que va desde la Isleta del Moro al pueblo de Rodalquilar, nos topamos con el impresionante Mirador de la Amatista, situado en una colina junto al mar,  buen sitio para echarse un rato disfrutando de las vistas. Se construyó aprovechando la ubicación de un antiguo puesto de vigilancia, pero hoy en día es un punto de reunión de turistas (tiene un punto de información).


Las Negras

Como los anteriores, Las Negras es un pueblo humilde de origen pesquero, aunque hoy en día vive más mirando al turismo. En sus playas rocosas se nota el origen volcánico de la zona. El mismo nombre del pueblo, viene del monte Cerro Negro, también de origen volcánico.

Cerca del pueblo están la cala San pedro y el  El Playazo de Rodalquilar. Ésta última, que pertenece a Rodalquilar, contrasta con las cercanas playas de Las Negras, ya que es de arena fina. En un extremo de la playa se encuentra el fuerte San Ramón, construido en el Siglo XVIII y que fue utilizado en la Guerra de la Independencia.

Subiendo por el litoral llegamos hasta Agua Amarga, otro pueblo pequeño y blanco, que mantiene su encanto a pesar de las casa de nueva construcción. En cambio Carboneras es un pueblo bastante más grande y turístico de lo que nos esperábamos, así que tras dar una vuelta con la furgo decidimos volver a San José, ya que no era lo que buscábamos en este viaje.

Donde dormir en Cabo de Gata

Habíamos oído decir que el Cabo Gata era el paraíso de los furgoneteros, pero la verdad es que hay que andar con ojo, ya que hablamos de un parque natural, y en teoría pernoctar junto a una playa, aunque sea muy tentador, está prohibido. Decimos en teoría, porque vimos varios parkings pegados a playas que estaban petados de ACs (y algunas furgos). Pensamos en pasar una noche en uno de ellos, pero en las redes sociales leímos que suelen poner multas, así que decidimos no arriesgar. Al final no llegamos a pasar la noche junto a una playa, pero sí que echamos alguna que otra siesta mirando al mar…

Si tenéis suerte probablemente no os digan nada, pero como en todos estos sitios, os recomendamos andar con precaución y sobre todo, con respeto.

Para los que busquen algún camping, hay varios en la zona. Nosotros os recomendamos el Camping Tau de San José, no sólo porque es bonito y limpio, sino porque está bien situado. El pueblo está a 500 metros, y también se puede ir a pie a una pequeña cala. También hay otros campings en San Miguel, Los Escullos y Las Negras. Además en algunos de esos campings tienen zonas o tarifas especiales para furgos y ACs.

En Cabo de Gata no hay ningún Area de ACs, pero cerca de Rodalquilar vimos un Camper Park con buenos precios (eso sí, rodeado de invernaderos…). Por lo que hemos leído, también se puede pernoctar en parkings como el que está en la entrada de San José.


Toledo

Como el viaje a casas se nos hacía largo para hacerlo de un tirón, decidimos parar en Toledo. Es una ciudad impresionante, y queríamos dedicar la última tarde a visitarla, pero debido a los atascos, llegamos demasiado tarde y apenas nos dio tiempo de ver nada. Es sí, lo reservamos para otra ocasión, ya que merece una visita más a fondo. A ver si preparamos otro viaje para conocer mejor Castilla La Mancha!

En Toledo tampoco hay ningún Área de ACs, pero mirando los furgoperfectos, vimos que muchos recomendaban el parking que está junto a la estación de autobuses. Al llegar, vimos que había un montón de ACs y furgos, y allí pasamos la noche, antes de retomar el camino a casa.

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5 Responses

  1. María del Mar dice:

    Permiteme una puntualización 😉 El Playazo es «El Playazo de Rodalquilar», pertenece al pueblo de Rodalquilar, no Las Negras. Te recomiendo una visita en tu próximo viaje por El Cabo, guarda el encanto de un pueblo pequeño, y en el bar «El Cinto» podrás tomar unas exquisitas tapas y raciones de pescado de la zona. Saludos y kms!!!

  2. María del Mar dice:

    Ah, y para dormir al lado de la playa, al final de La Fabriquilla hay un párking para acs y furgonetas que está genial, eso sí, mejor fuera de temporada…

  3. ehfurgo dice:

    Gracias por la aportación María del Mar!! Con tantas playas que había me habré liado, jejej…

  1. 2018-04-26

    […] a Andalucía con la furgo en Semana Santa. En el 2016 visitamos Sevilla y Córdoba, en el 2017 Granada y el Cabo de Gata, y en este 2018, hemos completado nuestra trilogía andaluza conociendo más a fondo la provincia […]

  2. 2018-04-26

    […] Andalucía en Semana Santa (II): Granada y Cabo de Gata […]

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