Galicia: ruta por la costa norte

Costa salvaje, acantilados de vértigo, playas y pueblos que enamoran… la costa norte de Galicia es un lugar perfecto para hacer una buena ruta en furgo o autocaravana. Además, hemos descubierto unas áreas y unos sitios alucinantes para pernoctar. Todo lo necesario para un gran viaje!!

Cruzando Cantabria y Asturias, entramos por el puente de Ribadeo a Galicia, con el objetivo de conocer la costa de Galicia. Hace unos años conocimos la Costa da Morte y las Rias Baixas, pero este año nos centramos en esta zona que hasta ahora, era bastante desconocida para nosotros.

Nuestra ruta:

Empezamos la ruta por la mariña lucense, un sitio que realmente nos ha sorprendido. Visitamos Ribadeo, Illa Pancha, Rinlo y sus playas, Foz, San Cibrao y la costa de Xove, hasta llegar a Cabo Morás y Punta Roncadoira. Desde Viveiro continuamos por las Rías Altas, visitando la Estaca de Bares y el Cabo Ortegal, y el bonito pueblo de Cariño, para acabar en Cedeira y la cercana Narón. Además, los últimos días los pasamos con los compañeros de Viaxandoenfurgo, repitiendo algunos de los lugares que más nos gustaron en este viaje.


Ribadeo

Ribadeo es nuestro primer destino en este viaje por la costa norte. A pesar de abarcar un tramo costero, el propio pueblo, como su propio nombre indica, está situado en la ribera del río Eo. Es, sin embargo, un puerto importante y se puede decir que es un pueblo enriquecido gracias al comercio marítimo, como lo demuestran los suntuosos palacios y casonas que hay en sus calles.

Aunque por fuera pueda parecer un pueblo que ha crecido mucho, el puerto y el casco viejo mantienen su encanto. Precisamente, hemos comenzado el recorrido desde el puerto, donde hemos dejado la furgoneta. A partir de ahí, hemos ascendido por las antiguas murallas hasta el núcleo urbano. También hay ascensor, pero ir por las calles también merece la pena. Situada a modo de atalaya, se encuentra la ermita de la Trinidad del siglo XII (también llamada Capilla de la Atalaya). Desde allí hay una hermosa vista del puerto y el río de Ribadeo.

A partir de ahí, llegamos a la Plaza de España, donde, además del Ayuntamiento, se puede ver la impresionante torre de los Moreno o la iglesia de Santa María del Campo. En las calles adyacentes a la plaza se pueden encontrar diversos comercios y bares, así como algunos de los elegantes palacios y casas antes mencionados. En el barrio de San Roque se encuentran numerosas casas indianas decoradas con colores vivos y elementos arquitectónicos singulares.

Desde el puerto también se puede realizar la Ruta de los Miradores. Este recorrido combina varias ermitas y miradores sobre el puerto. Siguiendo el camino, en unos 20 minutos, se llega al faro llamado Illa Pacha. Como su nombre indica, está situada en una isla y está conectada con el suelo por un puente o paso a pie. En el mismo faro hay un pequeño hotel con un bar. Es un lugar de viento y es espectacular cómo las olas se rompen contra las rocas.

Dónde dormir en Ribadeo

Ribadeo cuenta con un áreaAC ‘oficial’, ubicado en el aparcamiento del Centro Comercial Eroski, y aunque viene bien para desaguar, al estar situado junto a la carretera y bastante apartado del casco urbano, no nos ha gustado demasiado. En su lugar, hemos ido al puerto y junto a la lonja hemos visto varias autocaravanas en las que hemos decidido parar. Está situado junto a la ría y por la noche es un lugar muy tranquilo, muy cercano al puerto y al núcleo urbano.


Rinlo

Comparado con Ribadeo, Rinlo es un pueblo pequeño. Todavía mantiene su carácter pescador, aunque hoy en día tenga poca actividad. Hay varios restaurantes y aunque nos habían recomendado comer en uno de ellos, nos hemos quedado con las ganas, ya que estaba a tope de reservas. Cerca del núcleo urbano, diseminados por la costa, se encuentran tres cetáreas que en otro tiempo se utilizaban para la pesca del marisco. Junto a la primera de ellas hemos visto varias furgonetas y autocaravanas, y aunque nos ha parecido un buen lugar para dormir, hemos decidido avanzar por el camino.

A la hora de preparar este viaje, uno de nuestros objetivos era la conocida Playa de las Catedrales. Cuando vinimos hace unos años nos quedamos sin poder verla por la niebla y este año, también, ha sido imposible. Debido a la afluencia de público que acude al lugar, hace unos años tuvieron que limitar el número de visitantes y ahora es necesario realizar una reserva previa para poder entrar en él. Y claro, siendo agosto, no había sitio para los diez días siguientes.

En su lugar vimos la playa de Os Castros, situada a pocos kilómetros de allí. También cuenta con espectaculares acantilados y rocas, y se puede dar un buen paseo viéndola. Además, al ser menos conocida que la de las Catedrales, no hay tal aglomeración de gente y se puede andar mucho más tranquilo. A la entrada de la playa hay un chiringuito con el mismo nombre en el que hemos comido sardinas y lacón.

Cabe destacar, por otra parte, que durante todo el paseo de las playas, que abarca varios kilómetros y media docena de playas, hemos visto furgonetas y autocaravanas, tanto en los aparcamientos del litoral como en los campos de hierba preparados como parkings para el verano.


Foz

Siguiendo el camino de la costa hemos llegado al pueblo de Foz. Es un pueblo más grande de lo que esperábamos, y aunque tiene un buen área en la entrada del pueblo (junto a la ría), al estar cerca sus fiestas, vimos que estaban montando las barracas junto al área. Por lo demás, nos ha parecido un buen lugar para pasar la noche. Pero nosotros hemos preferido ir a Atalaia Camper Park; no lo conocíamos y ha sido una auténtica sorpresa (más abajo lo explicamos).

Desde allí se puede ir hasta el casco urbano dando un bonito paseo por la costa. Este recorrido combina la playa de las Llas, la Cala da Ronqueira, las rocas llamadas Os Castelos y la playa del Rapadoira, situada en el núcleo urbano. Cerca de allí, hacia el puerto, está la iglesia de Santiago. Y a su lado, hemos comido en la pulpería Rente ao Mar, ¡es un lugar especial y se come muy bien!

Dónde dormir en Foz

Foz cuenta con dos buenas opciones para pernoctar en furgo o en autocaravana. El primero es el áreaAC situado en la zona portuaria. Pertenece al ayuntamiento y aunque cuenta con servicios justos (desagüe de aguas), es gratuito y tienen un amplio aparcamiento en el que caben más de un centenar de vehículos. Desde allí se llega caminando al casco urbano en pocos minutos.

La segunda opción, y que realmente merece la pena conocer, es el Camper Park Atalaia al que antes nos referíamos. Es uno de los áreasAC más completos que hemos conocido hasta ahora. El propietario, Moncho, también es viajero y ha tenido en cuenta todos los detalles para que los que viajamos en furgoneta o autocaravana nos sintamos a gusto allí. Dispone de aseos, duchas, fregaderos, lavadoras y secadoras de ropa, wifi… de todo. También bicicletas: gratuitas y de alquiler (eléctricas). También cuenta con una zona chill out con hamacas para el verano. La noche cuesta 15 euros en verano y 13 euros a lo largo del año. Moncho nos explica que él está allí seis meses, pero que gracias a un sistema domótico (a través de reservas y tarjetas online) tiene abierto el área durante todo el año.


Burela y San Cibrao

Burela y San Cibrao son dos pueblos del Concejo de Foz, ambos estrechamente ligados a la costa y al mar. El primero es conocido por su actividad pesquera y marítima. El día que hemos pasado celebraban allí la Feria del Bonito, y aunque el pueblo estaba abarrotado, sólo por el ambiente ha merecido la pena acercarse. En la lonja estaba la feria de productos gastronómicos y de artesanía, y en la calle, el ambiente animado por los grupos de gaiteros. En el puerto hemos estado viendo cómo asaban y troceaban el bonito y al mediodía, después de esperar una larga cola, por fin hemos podido probarlo.

A pesar del buen ambiente, al final se ha juntado la multitud, y después de comer, hemos seguido hasta San Cibrao en busca de descanso. Más de uno nos ha recomendado el áreaAC local, y no es para menos, ya que se encuentra junto al mar, con una bonita vista del pueblo. Éste consta de dos playas y un faro situado sobre una cima a modo de península. El antiguo casco urbano, que da hacia el faro, conserva el encanto de los antiguos pueblos pescadores. Hacia el interior, sin embargo, es un pueblo que ha crecido mucho, lo que unido a la gran fábrica de aluminio que hay cerca del pueblo, afea un tanto el paisaje de la zona.


Costa do Xove

Dejando atrás el color a óxido del puerto de San Cibrao, nos hemos sumergido en el tramo de costa de Xove que, en unos 20 kilómetros, combina paisajes muy singulares y diferentes por los que merece la pena pasar. La primera parada la hemos hecho en Portiño de Moras, donde se encuentran acantilados conocidos como Cantís de Papel. Las peculiares formas provocadas por la erosión del agua y el viento le han dado este nombre, ya que en ciertos puntos, las rocas parecen hojas de papel. Junto al puerto, formando otro paisaje tan singular como extraño, se encuentran los Dolos; estas estructuras singulares de hormigón se utilizaron para la construcción de la barra del puerto; y en el mismo lugar donde se realizaron, se encuentran apilados varios de ellos, en lo que parece ser el escenario de una película.

A lo largo del trayecto hay varios faros y miradores, pero no nos hemos detenido en todos. Sí lo hemos hecho en el cabo Roncadoiro, y ha merecido la pena, más que por el faro en sí, por las impresionantes vistas que hay desde él.

Y al final del camino de la costa de Xove, llegamos a la playa de Esteiro. Lo traíamos apuntado en el mapa porque lo marcaba como áreaAC, pero ha sido un lugar que realmente nos ha sorprendido. La playa es preciosa y, por estar apartada de los principales núcleos de población, nos ha parecido que había poca gente, sí al menos para ser agosto. Además, al lado tiene un chiringuito, donde también dan de comer. El área es gratuita, así como la zona de vaciado y llenado de aguas.


Viveiro

Ya conocíamos Viveiro de un viaje que hicimos hace años, pero como nos quedaba de paso, hemos decidido parar. Es un pueblo más grande que los que hemos estado en los últimos días y eso se nota en sus calles y también en el tráfico que tiene alrededor. El casco histórico se encuentra a un lado del río Landro y la playa, el áreaAC y el camping al otro; un gran puente une ambos lados.

Por su ubicación, Viveiro fue un pueblo importante en la Edad Media. Sólo quedan algunos restos de las murallas de aquella época, aunque aún se conservan varias puertas; una de ellas, la de Carlos V (reconstruida en el siglo XVI), es uno de los principales símbolos del pueblo. Las casas que la rodean, así como las de la plaza mayor, cuentan con ventanales decorados con madera blanca, típicos de varias localidades gallegas. La iglesia románica de Santa María (siglo XII), el mercado, la Casa de los Leones, o los conventos de San Francisco y los Concepcionistas son algunos de sus edificios más emblemáticos.

Dónde dormir en Viveiro

Viveiro ofrece dos opciones para la pernocta: el áreaAC y el camping. Están uno al lado del otro, pasando el puente y cerca de la playa principal. Aunque oficialmente áreaAC tiene 8 plazas, los días que hemos estado nosotros había muchas más os y ACs. Es gratuito, pero para llenar agua o electricidad, hay que pagar 2 euros. Junto a él se encuentra también el camping municipal de Viveiro.


Bares

Dejamos atrás Viveiro y la Mariña Lucense para adentrarnos en las Rías Altas, con intención de llegar al conocido cabo de Estaca de Bares. Por el camino hemos pasado los pueblos de Vicedo y O Barqueiro, ambos pequeños pueblos, pero que se pueden visitar al paso; O Barqueiro tiene un puerto bonito, pero es muy pequeño y se ve rápido.

Antes de seguir el camino y llegar al cabo, hemos pensado en hacer una pequeña en Porto de Bares, ¡y menuda sorpresa! Está situado en un entorno incomparable, el pueblo en sí es bonito y tiene una playa preciosa. Además, cuenta con tres restaurantes y en uno de ellos, el A Muller Marina, nos hemos quedado a comer (muy recomendable). También nos ha gustado mucho el parking, que mira al mar, y aunque en la entrada hemos visto señales de que está prohibida la acampada libre, viendo que había varios furgones y autocaravanas, hemos decidido quedarnos. En el bar hemos preguntado si se puede dormir allí, y nos dicen que si no sacamos ningún elemento fuera de la furgo, es decir, mientras estemos aparcados, no hay ningún problema, así que pasamos allí la noche.

Al día siguiente visitamos el cabo Estaca de Bares. Decir que tanto el puerto como el cabo son lugares de viento, y que puede haber rachas muy fuertes con frecuencia; pero los días que hemos sido nosotros, estaba soleado, y a pesar de que soplaba viento, no era para tanto. Este cabo es conocido por ser el punto más septentrional de la Península Ibérica.


De cabo a cabo

Desde allí hemos ido a Espasante, donde hemos visto el puerto y una de las dos playas que tiene el pueblo, y aunque hemos aprovechado para hacer algunas compras, hemos decidido avanzar por el camino. Ortigueira es un pueblo más grande y comparado con los lugares tranquilos en los que veníamos, nos ha parecido un exceso de tráfico y de gente.

Así que seguimos por el camino y llegamos al pueblo de Cariño. Por fuera parece un pueblo más de la costa, pero a medida que nos acercamos desde el paseo por la playa al barrio de los pescadores empezaremos a ver sus coloridas casas. El barrio se divide en varias calles construidas en pendiente, donde se pueden ver casas estrechas de todos los colores. Subiendo por estas calles hay varios miradores que dan a los acantilados.

Cariño también tiene áreaAC. Es bastante pequeño y cuando nos hemos ido estaba lleno, pero parece suficiente para el resto año. Y es que, aunque se trata de un pueblo costero con encanto, no es para nada turístico. El área se encuentra al otro lado del pueblo, al final de la playa, pero han hecho un bonito paseo por allí, con carril bici incluido.

Cerca de Cariño se encuentra el cabo Ortegal, donde confluyen el cantábrico y el atlántico. Su faro tiene una hermosa vista, y entre otros, se pueden ver los tres islotes llamados Aguillons. Pero no sólo eso, ya que a su alrededor se encuentran los acantilados más altos de la Europa continental, Punta do Limo y Vixía Herbeira (613 m). Sobre ellas, subiendo por una tortuosa carretera, se encuentra Garita da Herbeira, un puesto de vigilancia marítima construido en el siglo XVIII, con una vista impresionante.

Bajando el puerto, y mientras nos dirigimos hacia Cedeira, nuestra intención era visitar San Andrés de Teixido, porque nos lo han recomendado, pero su aparcamiento estaba a rebosar, y no hemos podido parar. Así que hemos seguido el camino y hemos llegado hasta Cedeira. No teníamos ninguna expectativa con este pueblo, pero nos ha gustado, tanto el pueblo en sí como su ambiente.

Aunque es un pueblo con puerto y playa, sus principales calles se prolongan alrededor de la ría y hacia el interior. En la orilla del río se pueden ver los típicos ventanales de madera blanca. En ese paseo y en la calle Mayor, se pueden encontrar varios bares. Habíamos leído en otro blog que el bar Kilowatio es uno de los «clásicos» de Cedeiro, y no nos lo podíamos perder. ¡Tenéis que probar el marraxo, está buenísimo!

Para dormir, hemos elegido el aparcamiento que se encuentra de camino al puerto; aunque es un parking normal, hemos visto varias furgos y autocaravanas, y hemos decidido parar allí. Aunque está cerca del casco urbano, es un lugar tranquilo para pasar la noche.


Narón

Hemos completado el camino de la costa norte de Galicia antes de lo esperado, y hemos dudado entre seguir hacia La Coruña, o volver a los pueblos que más nos han gustado a lo largo del camino. Estábamos en esas, cuando buscado en la red hemos dado con un Camper Park cercano a Cedeira, y hemos ido a probar.

Se llama Campo Base 360, y se encuentra en la localidad de Narón. Está situado junto a un restaurante y desde allí llevan la gestión del área. Está en un prado, tiene grandes plazas y se puede acampar. También dispone de aseos y duchas, además de la posibilidad de cenar en el bar. Además, en el mismo Narón y en la vecina Valdoviño hay varias playas. Así que nos quedamos a pasar el día.

La vuelta y una reunión muy especial

Como hemos mencionado, al final hemos decidido tomar el camino de vuelta y detenernos en varios puntos que nos han gustado a lo largo de esta ruta. Teníamos un plan pendiente con los amigos de Viaxandoenfuro, y como ellos también se han animado, hemos pasado juntos los últimos días de nuestro viaje por Galicia, en buena compañía. Hemos vuelto a visitar Atalaia Camper Park y el pueblo de Foz, Rinlo y Ribadeo, terminando las vacaciones en el mismo lugar en el que empezamos.

Hasta la próxima, moitas grazas Galiza!!!

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