Orio: mar y carácter

Orio es un pequeño pueblo de origen pesquero, situado en la costa gipuzkoana. Fue construido junto a la desembocadura del río Oria, por donde los barcos entraban hasta el mismo pueblo. Hoy en día sólo quedan unos pocos barcos que faenan, pero ese pasado, la conexión con el mar y la pasión por el remo le dan ese carácter único. Hoy en día Orio tiene unos 5.900 habitantes, aunque en verano esa cifra se multiplica.

Todos tenemos esos sitios especiales, que aunque estén cerca de casa, basta con llegar ahí para desconectar y pasar un fin de semana tranquilo. Para nosotros Orio es uno de esos sitios especiales; allí fuimos en nuestras primeras escapadas, y todavía hoy volvemos muchas veces a pasar un par de días. En este post, además de daros información sobre el pueblo, os diremos donde podéis dormir y os recomendaremos algunos sitios para comer. También os propondremos una ruta a pie con las mejores vistas del pueblo y de la costa.

La plaza mayor se sitúa donde en un solar ganado a la ría, donde antiguamente se encontraba el puerto. La parte histórica del pueblo está construida sobre una pendiente, lo que hace que las calles sean muy empinadas. La iglesia de San Nicolás fue construida entre los siglos XVI y XVII, sobre una iglesia aún más antigua. Como las calles del centro, también está construida sobre la ladera, lo que le da un aspecto peculiar. Pasando por debajo de la pasarela de madera, subimos por la calle mayor o Goikokale como muchos la conocen. En ella encontramos, entre otras cosas, el Centro de Interpretación del Camino de Santiago.

Orio es un pueblo con mucha vida, y cada vez que vamos nos encontramos con alguna fiesta o evento. Las fiestas patronales son las de San Pedro, que se celebran a finales de junio. También celebran el Balearen Eguna (fiesta de la ballena), que conmemora la gesta de varios pescadores oriotarras, que el catorce de mayo de 1901 cazaron una ballena en la ría. A partir de abril, suele haber bastantes ferias, bailes, conciertos y celebraciones. Una de los actos importantes suelen ser las regatas (estropadak); durante la temporada todo el pueblo se tiñe de amarillo, ya que es el color de los oriotarras y su equipo de remo.

Siendo un pueblo de costa, a Orio no le podía faltar su playa, aunque esté un poco apartada del centro. La playa de Antilla no es muy ancha, pero sí muy larga, así que aunque haya mucha gente, siempre encuentras sitio. De camino a la playa, también está el puerto deportivo. Desde el centro hasta la playa se puede ir tanto andando como en bici, ya que hay un carril bici que va junto a la ría. Al otro lado del río Oria se encuentra la playa Oribazar, más pequeña pero menos transitada.

Dónde dormir en Orio

Orio no tiene Área de ACs, pero se puede pernoctar en varios sitios, ya que no suelen poner pegas para ello. En los dos parkings del pueblo (el del centro y el del puerto deportivo, debajo de la autovía) suele haber furgos o ACs, a veces, también en el parking de la playa.

Dicho ésto, nosotros os queremos recomendar que probéis el Camping Orio. Es uno de los mejores (para nosotros el mejor) camping de la costa vasca en cuanto a precio y calidad. Se trata de un camping municipal que lleva muchos años funcionando; está muy bien cuidado, tiene unas buenas instalaciones y el edificio de entrada, el bar/restaurante y los baños han sido renovados en los últimos años. Está situado en un entorno privilegiado, y su ubicación es ubicación es perfecta, ya que está a 200 metros de la playa, y al pueblo se llega caminando en cinco minutos.

De precio creemos que está bastante bien. Para dos adultos, con furgo y electricidad, la noche sale por 22,50 en temporada baja (con la tarjeta ACSI nos cobran 17€).

Gastronomía: Qué y dónde comer

Siendo un pueblo de tradición pesquera, la especialidad de Orio no podía ser otra que el pescado. Lo preparan ‘al estilo Orio’, es decir, a la parrilla y con su aliño que le da ese toque especial. Os recomendamos probar el besugo y el rodaballo, como no, acompañado de un buen txakolí de la zona.

En el pueblo hay varios sitios donde se puede comer buen pescado; en el centro (Joxe Mari y Xixario) y en la parte de arriba del pueblo (Katxiña y San Martin). Suelen tener buen genero y lo preparan muy bien, pero cuidado con los precios, que el buen genero se paga bien (os lo decimos para que no os asustéis si os llega una cuenta de tres dígitos…)

Si antes os hemos recomendado el camping, en este caso os recomendar el restaurante que está al lado, el Boga-Boga. Tienen una gran variedad, y podéis pedir desde un bocata o un plato combinado, hasta menú del día o carta. También preparan muy bien el pescado a la parrilla, y el precio es algo más asequible que en el pueblo.

Por lo demás, al mediodía o la tarde suele haber buen ambiente entorno a la plaza del pueblo, y hay varios bares donde comer buenos pintxos y tomarse algo.

Una ruta a pie para conocer el pueblo

Para conocer mejor Orio y alrededores, os proponemos hacer una ruta a pie con unas vistas espectaculares. Es una vuelta de hora y media que va desde la playa a Itxaspe, a la atalaya de Orio y a la ermita de San Martín.

Partimos desde la playa de Orio (La Antilla), tomando el camino que queda a la derecha, y va por la ladera del monte. Empieza con una fuerte cuesta, pero con las vistas y la sensación de caminar sobre el mar, se hace más ameno. Pasadas las primeras cuestas, llegamos a un mirador, desde el que, además del mar, hay una preciosa vista de la costa vasca; se pueden ver claramente Getaria y su famoso ratón (monte-península que recibe ese nombre por su curiosa forma).

Al cabo de veinte minutos llegamos a Itxaspe, antiguo caserío hoy convertido en albergue para grupos de alumnos. Seguimos hacia la derecha, por la PR-GI158, siguiendo la dirección de San Martín.

A los cuarenta minutos llegamos a la atalaya de Orio, desde donde la panorámica de la costa se aprecia más aún. Unos metros más adelante podremos ver otra vista espectacular, pero esta vez del pueblo de Orio y la ría o la desembocadura del Oria. Por el camino también podremos ver tanto manzanales (en flor en mayo) como viñedos.

Al cumplir la hora de viaje, nos topamos con la carretera que va desde la autopista hacia el pueblo. Cruzamos y bajamos por un pequeño sendero, para luego seguir unos metros junto a la carretera. A la derecha veremos un camino que sigue cuesta arriba. Lo tomamos y llegamos a la ermita de San Martín. Es un edificio sencillo pero elegante a la vez. Se cree que es anterior al siglo XIII. aunque fue reformado en el siglo XVI. Tiene un coro hecho en madera, y colgando del techo, un barco pesquero.

Seguimos, esta vez cuesta abajo, pasando junto al cementerio, en dirección al pueblo. Como hemos dicho antes, el pueblo se construyó sobre una pendiente, por lo que las calles son estrechas y empinadas. Las casas tienen la arquitectura típica de los pueblos pesqueros, son estrechas y altas, y algunas aún mantienen ese toque del medievo. Antes de llegar a la plaza, pasamos al lado de la iglesia San Nicolás. Dada la peculiar orografía, está construida sobre una base que aguanta el solar. Tiene un gran arco y una pasarela de madera que salva la calle a una altura de unos 5-6 metros. Junto a la iglesia se encuentra la escultura en memoria del famoso artista oriotarra Jorge Oteiza.

Esto ha sido todo. Si os gustan los pueblos de costa con carácter, el ambiente de la calle,  la playa y la gastronomía, id a Orio, que merece la pena!

PD: Que conste que esto no es ningún post patrocinado, pero es que somos grandes fans de Orio!!!  😉

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