Castilla la Mancha: La ruta del Quijote

«En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor».

Así empiezan las andaduras del hidalgo Don Quijote de la Mancha, en la famosa obra escrita por Miguel de Cervantes. Y siguiendo sus pasos haremos una ruta de 9 días en furgoneta por algunos de los pueblos y lugares con más encanto e historia de Castilla la Mancha, andando a caballo entre las provincias de Ciudad Real y Toledo. Veremos los molinos de viento contra los que luchó el Quijote, así como la casa de su amada Dulcinea. Disfrutaremos de su gastronomía y dormiremos en parajes idílicos, siempre siguiendo las andanzas y aventuras del noble caballero. Como bien dijo Cervantes, «cada uno es artífice de su propia ventura», así que

«Don Quijote soy, y mi profesión la de andante caballería. Son mis leyes, el deshacer entuertos, prodigar el bien y evitar el mal. Huyo de la vida regalada, de la ambición y la hipocresía, y busco para mi propia gloria la senda más angosta y difícil. ¿Es eso, de tonto y mentecato? «

Nuestra ruta:

Salimos por la mañana desde Gipuzkoa, rumbo a tierras manchegas. En Vitoria-Gasteiz ha habido un accidente y tenemos que estar media hora parados, aunque finalmente consiguen despejar la carretera, y llegamos a Aranda de Duero para la hora de comer. Hacemos una parada para picar algo, antes de volver a la carretera. Hacia las cinco llegamos a Toledo, donde empezaremos nuestra ruta. Visitaremos los molinos de Consuegra y Campo de Criptana, las bellas plazas de Tembleque y Puerto Lápice; seguiremos por Almagro y Villanueva de los Infantes, para acabar visitando Mota de Cuervo y El Toboso.

1.- Toledo
2.- Tembleque
3.- Consuegra
4.- Campo de Criptana
5.- Puerto Lápice
6.- Almagro
7.- Villanueva de los Infantes
8.- Mota de Cuervo
9.- El Tovoso


Toledo

«Estando yo un día en el Alcaná de Toledo, llegó un muchacho a vender unos cartapacios y papeles viejos a un sedero (…) luego se me representó que aquellos cartapacios contenían la historia de don Quijote»

Es verdad que conocíamos Toledo de otros viajes, pero teníamos la sensación de que siempre la visitábamos sin tiempo, de paso entre un destino y otro. Y en este viaje, decidimos empezar nuestra ruta allí y dedicarle un día entero. Aparcamos, como otras veces, en el parking de la estación, donde había bastantes furgos y ACs. Dimos una pequeña vuelta al atardecer, pero dedicamos todo el día siguiente a recorrer la ciudad.

Desde el parking subimos la primera cuesta que nos lleva hasta la Puerta de la Bisagra. Este portón de la muralla es de origen árabe, y su nombre proviene de la palabra Bab-Shagra (puerta de la sagra). Fue reconstruida varias veces, y actualmente luce el escudo de la ciudad entre sus dos torres. Atravesándola accedemos al casco histórico de Toledo.

Continuamos por la calle del Arrabal, pasando por la Puerta del Sol, hasta llegar a la Plaza Zocodover, repleta de mesones en la época de Cervantes, como describe en La ilustre fregona, otra de sus novelas. Hoy en día, cadenas de bares y restaurantes han sustituido los viejos mesones, pero aun así, sigue siendo un punto de encuentro.

A pocos metros de dicha plaza encontramos el Alcázar, un impresionante edificio situado en lo más alto de la colina sobre la que está construida Toledo, exactamente a 548 metros de altura. Construido por Carlos V, ha sido carcel, cuartel militar y academia de infantería. Fue incendiado durante la Guerras de Sucesión y en la Guerra de la Independencia, y reconstruido posteriormente. Hoy en día es la sede del Museo del Ejército.

Callejeando llegamos hasta la Plaza Mayor donde también se encuentra la Catedral de Santa María, también conocida cono Catedral Primada. Se comenzó a construir en 1226, pero las obras no se completarían hasta el 1493. Cuenta con una imponente fachada con toques góticos, y en su interior alberga obras como El Expolio de El Greco, o el Tesoro Relicario con la Custodia de Arfe. Más información sobre horarios y visitas en la página web de la catedral. Cerca de allí, también se pueden visitar las Termas Romanas y las Cuevas de Hércules.

Toledo es conocida como la ciudad de las tres culturas, porque en ella convivieron durante siglos católicos, judíos y musulmanes. Así que después de ver la catedral, nos disponemos a visitar la Sinagoga del Tránsito, templo judío del siglo XIV, pero ese día estaba cerrada (cierran todos los lunes). Así que seguimos con nuestra caminata hasta la Mezquita del Cristo de la Luz, la cual sí que pudimos visitar. Es el monumento más antiguo de Toledo, ya que fue construida en el año 999, en pleno apogeo del Califato de Córdoba. Tras la reconquista, los caballeros de la Orden de San Juan construyeron allí la ermita de la Santa Cruz. Esta mezcla de épocas y religiones hacen de la mezquita un lugar único que merece la pena visitar. Además, desde sus jardines hay unas impresionantes vistas.

Donde dormir en Toledo

Toledo no cuenta con un área de ACs como tal, pero hay varios parkings donde está permitida la pernocta. Uno de ellos es el parking gratuito de Safont. Se encuentra junto a la estación de autobuses, a orillas del río Tajo, y con una bonita vista de la parte alta de la ciudad, sobre todo de noche. Siempre que hemos parado en Toledo hemos dormido allí, suele haber muchas furgos y ACs, y nunca hemos tenido problemas. Se puede acceder al casco antiguo en poco más de cinco minutos, por la Puerta de la Bisagra, subiendo la cuesta de la calle Carrera.


Tembleque

«Por vida vuestra, hijo, que volváis presto de Tembleque, y que sin enterrar al hidalgo, si no queréis hacer más exequias, acabéis vuestro cuento».

Abandonamos la capital para adentrarnos en la provincia de Toledo, y así llegamos hasta un pequeño pueblo llamado Tembleque. Aunque a priori pueda parecer que no cuenta con un gran atractivo turístico, esconde una de las plazas más bellas de las muchas que veremos en esta ruta por tierras manchegas.

Y es que su Plaza Mayor está catalogada como Conjunto Histórico. Data del siglo XVII, es de forma cuadrada y está rodeada por casas con soportales y corredores de madera. En su época servía tanto como lugar de reunión, como de plaza de toros. A un lado se encuentra el ayuntamiento, construido en 1652.

A pocos metros de la plaza se encuentra la Iglesia de la Asunción, del siglo XVI, y junto a ella, la ermita de la Virgen del Rosario. Si damos una vuelta por el pueblo, podremos ver varias casas señoriales, entre las que destacan la Casa de las Torres y la Casa de Postas, ambas del siglo XVIII.


Consuegra

«Ves allí, amigo Sancho Panza, donde se descubren treinta, o pocos más desaforados gigantes, con quien pienso hacer batalla y quitarles a todos las vidas»

Tanto Consuegra como Campo de Criptana se disputan la titularidad de esta cita, así que, sin ánimo de entrar en polémicas, valga la frase para indicar que nos adentramos en tierra de molinos. Consuegra es nuestra primera parada. En una loma situada en lo alto del pueblo, conocida como Cerro Caldérico, se pueden ver 12 molinos de viento bien conservados, así como el Castillo de la Muela, originario del Siglo X.

Varios de estos molinos han sido adaptados como tiendas, pequeños bares e incluso una oficina de turismo. Se pueden visitar las que conservan el mecanismo original por 1,50 euros (preguntar en la oficina). La entrada al castillo cuesta 7,50 y con la entrada también se pueden visitar los molinos Bolero y Rucio.

Bajando al pueblo, también se pueden visitar la Iglesia del Cristo, del siglo XVIII, el ayuntamiento o el curioso Edificio de los Corredores, del siglo XVII.

Donde dormir en Consuegra

Consuegra no cuenta con un área de ACs equipado como tal, pero hay varios parkings gratuitos donde se puede pasar la noche. Uno de ellos está junto al castillo, y el otro en Garcilaso de la Vega, junto al campo del fútbol.


Campo de Criptana

«En esto descubrieron 30 o 40 molinos de viento que hay en aquel Campo…»

¡Y seguimos entre molinos!! De consuegra llegamos a Campo de Criptana, otro de los pueblos de obligada visita de la Ruta del Quijote. En su mejor época llegó a tener 34 molinos de viento, de los cuales se mantienen sólo 10, tres originales y siete reconstruidos. Todos ellos se encuentran en la Sierra de los Molinos, en la parte alta del pueblo.

Los tres molinos originales, del siglo XVI, son Burleta, Infanto y Sardinero, y todos conservan el tejado y la estructura de madera. Se pueden visitar por dentro (preguntar en la oficina de turismo) y merecen la pena. Los molinos son edificios de tres plantas, y es en la de arriba, donde están las piedras de moler y el mecanismo que la hace girar. Las gigantescas aspas, se pueden mover, junto a la caperuza (o tejado), para poder orientarlas hacia donde sopla el viento.

Hay otros molinos con diferentes usos, como la propia oficina de turismo, el museo de la Semana Santa, o incluso uno dedicado a la actriz Sara Montiel, que nació en Campo de Criptana.

Además de ver los molinos, merece la pena darse una vuelta por el pueblo. Bajamos por el pintoresco barrio de Albaicín. Como su nombre indica, es de origen árabe, y se trata del barrio más antiguo del pueblo. Está lleno de casas blancas y bien conservadas. En una de ellas se puede visitar una antigua casa cueva, pagando 1 euro en la tienda.

Bajando por la calle Fuente del Caño, llegamos hasta la Plaza Mayor, donde se encuentran el Ayuntamiento y la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. A pocos metros de allí está El Pósito Real, un edificio del siglo XVI que era gestionado por el ayuntamiento, y ofrecía grano, a modo de crédito, a los agricultores. Tras la Guerra de la Independencia fue vendido en subasta publica, pero el ayuntamiento lo recuperó a finales del siglo XX. Hoy es la sede del Museo Municipal.

Donde dormir en Campo de Criptana

El pueblo cuenta con un área de ACs, junto a la carretera de entrada, con zona de vaciado de aguas (no hay electricidad), que siempre viene bien. Pero es mucho más recomendable dormir en el parking de tierra que hay en la sierra, junto a los molinos. Es una zona de mucho viento, pero los atardeceres son una pasada. Hemos dormido junto a varias furgos y ACs.


Puerto Lápice

«Tornaron a su comenzado camino del Puerto Lápice, y a obra de las tres del día le descubrieron. –Aquí– dijo viéndole don Quijote– podemos, hermano Sancho Panza, meter las manos hasta los codos en esto que llaman aventuras»

Retomamos el camino hasta Puerto Lápice, donde además de ver su hermosa plaza, también visitaremos la Venta de Don Quijote. Pero vayamos paso a paso. Llegamos al atardecer y dejamos la furgo en el área de ACs. En un par de minutos a pie llegamos a la plaza; es más pequeña que la de Tembleque, pero igual de bonita. Está rodeada por dos alturas de soportales construidos en madera, pintado de vivos colores, y ha sido utilizado como plaza de toros o teatro de comedias.

En una de las entradas de la plaza, han conservado un antiguo pozo de agua. Alrededor hay varios bares donde pararse a comer o tomar algo. Cerca de allí, junto al ayuntamiento, también podremos ver una figura dedicada Miguel de Cervantes.

Pero hablando de bares, uno de los más interesantes que hemos visto ha sido la Venta de Don Quijote. Se encuentra a pocos metros del ayuntamiento, junto a la iglesia. Es una típica venta ambientada en los siglos XVII y XVIII, que más bien parece un museo. Merece la pena visitarla por todos los detalles que conserva; desde la taberna, hasta el patio adoquinado, y un sinfín de enseres y herramientas de la época. Vamos, que te puedes imaginar a Don Quijote y Sancho Panza comiendo en una de sus mesas.

Si queréis seguir visitando Puerto Lápice, podéis ver los dos molinos que han sido restaurados en la Sierrecilla, o visitar la iglesia y la ermita de San José.

Dónde dormir en Puerto Lápice

Puerto Lápice es otro de los pueblos de la ruta de Don Quijote que tiene área de ACs. Se encuentra en la calle Sierrecilla, a pocos minutos a pie de la plaza. Hemos aparcado allí la furgo y hemos visto el pueblo dando un paseo. Además de pasar allí la noche, al día siguiente hemos aprovechado para vaciar y llenar el depósito de agua.


Almagro

«Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lantejas los viernes, algún palomino de añadidura los domingos, consumían las tres partes de su hacienda»

Desde Puerto Lápice nos dirigimos hacia Almagro, uno de los pueblos que más nos ha gustado de la ruta; no en vano está considerado como uno de Los pueblos más bonitos de España. Además de su famosa plaza, se pueden visitar el Corral de Comedias, el Almacén de Fúcares, y como no, probar el tapeo de sus bares.

La plaza mayor de Almagro tiene su origen en el siglo XIII, pero fue trasnformada en el XVI por los Fúcar, una importante familia de banqueros, que le dio el aspecto actual a las casas que rodean la plaza, con sus soportales y ventanales. Estas galerías, que antes eran abiertas, se utilizaban palcos en corridas de toros y otros espectáculos. Todo el conjunto fue restaurado en los años 60.

Hoy en día, la plaza está llena de tiendas de artesanía y bares donde tomar algo mientras degustas tapas de productos locales, como el queso manchego, los duelos y quebrantos, o las famosas Berenjenas de Almagro.

Sin movernos de la misma plaza, podemos visitar el Corral de Comedias, un antiguo patio que hacía las veces de teatro, y donde se mezclaba gente de todas las clases sociales. Eso sí, cada uno distribuido en una de sus tres plantas, de acuerdo a su clase social.

Ofrecen tanto visitas guiadas como visitas simples con audio-guía, esta última por tres euros (merece la pena si no te gusta andar en rebaño).

Junto con el corral, otra visita que vale la pena es la del Almacén de Fúcares. Aunque el nombre pueda llevar a engaño, se trata de un palacio construido por la anteriormente mencionada familia Fúcar. Lo de almacén viene de antes, ya que en ese lugar guardaban el mercurio extraído de las minas de Almadén. Cuenta con una impresionante puerta de entrada y un hermoso patio interior, además de varias galerías y salas.

Donde dormir en Almagro

Almagro no tiene área de autocaravanas, pero mirando en aplicaciones como Park4night, recomiendan varios sitios donde pasar la noche. Nos acercamos a uno de ellos, situado en una plaza, en la entrada del pueblo. Había varias ACs y furgos, y dormimos allí sin problemas. Está en la calle Campo de Calatrava, junto a la iglesia de nuestra señora de la Asunción, y a pocos minutos a pie de la Plaza Mayor.


Villanueva de los Infantes

«Agradecióselo mucho Sancho,y, besándole otra vez la mano y la falda de la loriga, le ayudó a subir sobre Rocinante; y él subió sobre su asno y comenzó a seguir a su señor, que, a paso tirado, sin despedirse ni hablar más con las del coche, se entró por un bosque que allí junto estaba»

Villanueva de los Infantes se dispusta, junto a Argamasilla del Alba, el honor de ser aquel lugar de la mancha de cuyo nombre Cervantes no quería acordarse. Está situado en el antiguo Camino Real, y merece hacer un alto en el camino para visitarla. Su Plaza Mayor es un conjunto monumental del Siglo XVII, declarado Monumento histórico-artístico en la década de los 70, y considerado como el más importante conjunto representativo del barroco y del renacimiento manchego.

De entre todos los edificios de la plaza, destaca la iglesia de San Andrés Apóstol. A un lado de la plaza se encuentra el ayuntamiento, con su larga hilera con arcos de medio punto. Muy cerca de allí, podemos visitar la antigua Alhóndiga; construída en el siglo XVI como pósito, ha tenido diversos usos, desde cárcel hasta casa de cultura.

Otros edificios interesantes de Villanueva son la Casa del Arco, el Palacio de las Fontes, el Hospital de Santiago o la Casa de los Estudios. Aunque Miguel de Cervantes tiene una importante presencia en el pueblo, hay otro autor que también han «apadrinado». Se trata de Don Francisco de Quevedo, que falleció en Villanueva en 1645. La habitación donde falleció se conserva aún, y cada año celebran un festival de poesía en su honor.

Si queréis conocer más acerca de este precioso pueblo, también podéis visitar el Santuario de Nuestra Señora de la Antigua, el yacimiento arqueológico de Jamila o el convento y la iglesia de Santo Domingo.


Mota del Cuervo

«… habiendo aplacado Sancho a su mujer, y don Quijote a su sobrina y a su ama, al anochecer, sin que nadie lo viese sino el bachiller, que quiso acompañarles media legua del lugar, se pusieron en camino del Toboso, don Quijote sobre su buen Rocinante y Sancho sobre su antiguo rucio»

Después de ver Villanueva, teníamos pensado ir a Ossa de Montiel y visitar las lagunas de Ruidera, pero el mal tiempo nos fastidió el plan; la lluvia y el fuerte viento hacían imposible la excursión. En el camino, aprovechamos para ver (por fuera) las Cuevas del Champiñón; si queréis hacer la visita guiada, tenéis que ir al Museo Etnográfico de Ossa de Montiel. Y así, haciendo pequeños altos en el camino y disfruntando del paisaje manchego, llegamos hasta Mota del Cuervo.

Se trata de otro pueblo ‘molinero’, que quizás por no tener la cantidad de molinos que Consuegra o Campo de Criptana, a quedado a la sombra de estos dos municipios. Aún así, el pueblo y el cerro de los molinos merecen una visita.

Empezando por la Plaza Mayor, hay varias casas señoriales de entre los siglos XVII y XVIII en el casco urbano. Seguimos por la Plaza Cervantes y la Plaza de la Tercia, con su almacen de trigo del siglo XV. Antes de subir a la zona de molinos, también podemos dar una vuelta por el Barrio de las Cantarerías; desde el siglo XV, en este barrio se han dedicado a la elaboración y comercialización de cántaros y demás enseres cerámicos, y todavía se puede encontrar alguna tienda o taller de alfarería.

Y como, terminamos la visita al pueblo viendo sus molinos situados en la Sierra. Llegaros a tenes hasta 18 molinos en el siglos XIX, aunque poco a poco, fueron bajando de número. Actualmente sólo queda un molino original, llamado el Zurdo, por mover sus astas hacia la izquierda. Los demás han sido reconstruidos.


El Toboso

«¡Oh mi señora Dulcinea del Toboso, estremo de toda hermosura, fin y remate de la discreción, archivo del mejor donaire, depósito de la honestidad, y, últimamente, idea de todo lo provechoso, honesto y deleitable que hay en el mundo!»

Y llegamos al final de nuestra ruta, como lo hicieran Don Quijote y Sancho Panza, alcanzando el pueblos de El Toboso, hogar de Dulcinea.

Comenzamos la visita en la Plaza Juan Carlos I, dominada por la torre del campanario de la Iglesia de San Antonio Abad. Construida en el siglo XVI y ampliada en el XVII. En su construcción se combinaron varios estilos como el renacentista, el plateresto y el herreriano.

En la misma plaza se encuentran el ayuntamiento, la oficina del turismo y el Museo Cervantino, así como una escultura dedicada a Dulcinea, a la que un Don Quijote arrodillado se le está declarando.

Cerca de allí se encuentra el Convento de Trinitarias, un edificio del siglo XVII con su hermoso jardín y claustro. En su interior se encuentra el Museo Trinitario, con una importante colección de arte sacro.

La Casa Museo de Dulcinea se encuentra en un caserón del siglo XVI, también conocido como la Casa de la Torrecilla, en la que según dicen, vivió
Ana Martínez Zarco de Morales, la Dulcinea literaria de don Quijote. Toda la casa es una espectacular recreación de la época de Cervantes, con habitaciones, objetos de labranza o enseres del hogar de gran valor etnográfico. Además de la zona de vivienda, cuenta con un antiguo molino, una bodega, un lagar, patios, corrales y hasta un pozo.

Tras nueve días de intensa ruta por tierras manchegas, en el Toboso damos por finalizada nuestra ruta. Ha sido un viaje que nos ha sorprendido gratamente y nos ha dejado un buen sabor de boca, y que por supuesto, os recomendamos a tod@s!!!

Y no olvidéis que «el que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho». ¡¡Pues a leer y a viajar se ha dicho!!

«La libertad es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar: por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida.»

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2 Responses

  1. Camote dice:

    Hola! Me ha gustado mucho vuestro relato sobre la ruta de Don Quijote.
    Tenemos pensado hacerlo justo cuando termine el estado de alarma, saliendo desde Andalucía.Viajamos en una VW California.
    Todavía tengo la duda si ir del tirón a Toledo e ir bajando como vosotros o hacerlo justo al revés terminando en Toledo🤔 Qué opinas?

  2. ehfurgo dice:

    Hola!! Por supuesto!! Nuestra ruta no tiene ningún orden cronológico o definido, así que se puede hacer en ambos sentidos!! Podéis empezar por el pueblo que os quede más cerca!!
    Y a ver si todo acaba pronto, que nosotros también tenemos muchas ganas de salir y hacer kilómetros!!!

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