Penedés y El Garraf: Viñedos, historia y costa

Entre Tarragona y Barcelona se encuentra una región catalana de carácter especial: El Penedés. Se trata de una zona con una gran tradición vitícola, con cientos de bodegas de vino y cava. Pero también cuenta con una gran diversidad paisajística, hermosos pueblos y una rica historia y patrimonio. Además, es un lugar ideal para ir en cámper o autocaravana, ya que cuenta con doce ´áreasAC.

Aunque hicimos este viaje en enero de 2020, hasta hoy no lo habíamos escrito en el blog. Nos fuimos en época de Navidad, desde fin de año hasta el día de Reyes. Otoño y la Navidad son una época ideal para visitar estos lugares.

Nuestra ruta

Comenzado el recorrido por la comarca del Alt Penedes, por las populares localidades de Sant Sadurni d’Anoia y Vilafranca del Penedés. Desde allí nos hemos dirigido a la costa, empezando por el Garraf, visitando Castelldefels, Sitges, y Vilanova i la Geltrú. Y por último, al Baix Penedès, por las localidades de Cubelles, Calafell y Castellet i la Gornal.


Vilafranca del Penedés

Vilafranca es la capital del valle del Penedés y el pueblo más poblado; sin embargo, su centro histórico conserva su carácter de pueblo. Comenzamos la visita desde la plaza Jaume I, donde también se encuentran la basílica de Santa María y Vinseum, un museo dedicado a la cultura del vino. En la misma plaza se encuentra el monumento dedicado a los castellers. Cerca de allí también se puede visitar el museo Casa de la Festa Major.

A pocos metros, en la Plaça de l’Olin y las calles adyacentes, nos hemos encontrado con el mercado semanal. También se instalan mercados y puestos especiales en Navidad, en la Rambla de San Francesc y en la plaza de San Joan. En esa plaza se encuentra también el Palacio Macià, que adornan con espectáculos de luz y sonido durante las navidades. En las calles adyacentes a la plaza de San Juan, abundan los bares y comercios, donde hemos encontrado un ambiente muy animado.

Hemos empezado a buscar un sitio para comer y nos hemos encontrado con un sitio muy especial. Se llama Cal Figarot, y es la sede de los Castellers de Vilafranca. Allí se pueden probar los platos típicos de esta zona, tanto en forma de comidas al uso como de picoteo o raciones. Nos ha gustado mucho el lugar, tanto por su comida como por el propio local y el ambiente que tiene.

Dónde dormir en Vilafranca

En la comarca de Penedés se pueden encontrar varias áreasAC, la primera de las cuales la encontramos en la propia Vilafranca. Se encuentra cerca del casco urbano (a unos 500 metros) y está ubicado dentro en un amplio parking. Es gratuito, dispone de 10 plazas y zona de vaciado. Eso sí, al estar situada junto a la carretera y a una rotonda, puede resultar bastante ruidosa durante el día; por lo demás, nosotros nos hemos estado muy a gusto.


Sant Sadurni d’Anoia

Si Vilafranca es la capital del valle de Penedés, se puede decir que Sant Sadurni es la capital del cava, ya que está rodeada de viñedos y bodegas. De allí son las conocidas bodegas Codorniu, Freixenet y Juvé i Camps, pero también hay decenas de pequeños productores.

Algo que también se nota en el propio casco urbano, donde hay varias bodegas y vinotecas, así como el centro de interpretación del cava Fassina. En la plaza del Ayuntamiento y en la calle del Raval hemos encontrado el mejor ambiente.

Otro plan ineludible en Sant Sadurní es visitar una bodega local. Recomendados unos amigos, hemos ido a la bodega Recaredo. Se trata de un negocio familiar, situado en el mismo casco urbano. Allí producen los vinos espumosos de forma natural, ecológica y artesanal. Hemos podido conocer las cavas o bodegas subterráneas y su forma de trabajar. ¡Nos ha gustado mucho tanto la visita como la cata!!

Cerca de allí hay otro lugar que merece la pena conocer, la chocolatería Simon Coll. Llevan más de 160 años elaborando chocolates de forma artesanal y en la tienda que tienen junto a la fábrica se pueden encontrar cientos de tipos de chocolate y dulces.

Dónde dormir en Sant Sadurní

Sant Sadurni también cuenta con su áreaAC. Es pequeña y aunque oficialmente tiene 5 plazas, caben más cámpers y autocaravanas. Es gratuita y dispone de zona de vaciado. El casco urbano se encuentra a unos 600 metros, pero de camino hay un supermercado a unos 200 metros. Partiendo del propio área, se puede realizar un bonito recorrido, viendo un lago y los viñedos de la zona.


Avinyonet del Penedés

El municipio de Avinyonet del Penedés se encuentra a medio camino entre Vilafranca y Sant Sadurni, diseminado en varias localidades y barrios. La primera parada la hemos hecho en Les Gunyoles. Situado en un alto, posee un bello casco urbano y una hermosa vista de la comarca de Penedés. Hemos caminado entre sus casas de piedra y sus calles. En la plaza se encuentra la iglesia y los edificios del siglo XVI. Mención aparte merecen la casa Can Riabl, y la torre de la época romana.

Cerca de Gunyoles, en Sant Sebastiá dels Gorgs, hay un edificio histórico que merece una visita rápida: el monasterio románico del siglo X. Fue construido por frailes benedictinos, los cuales vivieron allí durante cuatro siglos. Además de la iglesia, tiene un campanario y un majestuoso claustro en el interior. Aunque nosotros lo encontramos cerrado, lo abren para los visitantes el primer y tercer sábado de cada mes (a las 11 y 12 horas).


Sitges

Después de pasar unos días en la comarca del Alt Penedes, decidimos ir hacia la costa para pasar el fin de año. Apenas a media hora de Avinyonet se encuentra Sitges. Es un hermoso pueblo costero de la provincia de Barcelona, muy turístico en verano, pero en esta época del año merece la pena visitarlo.

Su casco antiguo se compone de casas blancas y calles vivas, en las que se encuentran palacios construidos por indianos y otros edificios de interés. Ejemplo de ello son las calles de Davallada, D ‘en Bosc y Sant Joan. Las calles del casco urbano presentan un ambiente animado, y en la plaza del Cap de la Vila y sus calles adyacentes encontraremos la mayoría de bares y comercios.

Situada a orillas del mar, la iglesia de Sant Bartolomeu i Santa Tecla es un edificio barroco del siglo XVII, y uno de los principales símbolos del pueblo. En la entrada se puede ver la réplica de uno de los cañones que se utilizaban para defender Sitges. En la parte trasera de la iglesia, también construida a orillas del mar, se encuentra el espectacular palacio de Maricel. Fue construido a principios del siglo XX, sustituyendo el antiguo hospital y las casas de pescadores. Como muchas casas de Sitges, tiene paredes blancas y adornos azules, y no sólo es espectacular por fuera, sino también por dentro (para eso hay que reservar visita).

Tratándose de un pueblo costero, Sitges es también un lugar de playa. Con un total de 4 kilómetros de costa, en el mismo núcleo urbano se pueden encontrar cinco playas, siendo Sant Sebastiá la más popular de todas ellas, aunque también se pueden visitar las de Balmins, Ribera, Barra y Aiguadolç.

Dónde dormir en Sitges

Sitges no dispone de área de autocaravanas (al menos en el casco urbano), pero hemos encontrado varios furgoperfectos en la red. Hemos dormido en uno de ellos; está situado en la parte trasera del puerto, junto a la playa de Marina d ‘Aiguadolç. En la época estival no sabemos si habrá restricciones, pero en fin de año estaba bastante tranquilo, y pasamos la noche junto a otras dos campers.


Castelldefels

En los últimos años nos hemos acostumbrado de terminar el año y empezar el nuevo en algún viaje, y a empezar el año nuevo comiendo una buena paella. Y Castelldefels nos ha parecido un buen lugar para ello. Por la mañana hemos empezado la jornada con una visita al castillo del lugar, pero estaban en obras y no hemos podido verlo por dentro.

Desde allí hemos bajado hacia la playa y hemos dado un buen paseo, aprovechando que hace buen tiempo. Luego, como decíamos, nos hemos detenido en uno de los bares de la orilla de la playa. Comer una paella en ese lugar y mirando al mar, no es mala manera de empezar el año, ¿verdad?

También hemos dado una vuelta por el casco urbano. No tiene un casco tan bonito como el de Sitges, pero sí varias cosas que ver. La iglesia de Santa María y su plaza o plaza de Palmeres son algunas de ellas. Entrando hacia el interior, también se encuentra el parque natural del Garraf, con sus peculiares formaciones rocosas. Allí se pueden realizar varios recorridos. Y si se quiere hacer una visita más especial, también se puede conocer el monasterio budista del Palau Novella.


Vilanova i la Geltrú

En este viaje, hemos aprovechado para visitar otro pueblo que conocíamos desde hace tiempo: Vilanova i la Geltrú. En nuestro años de campistas pasamos algunas vacaciones allí, antes de empezar a viajar en furgoneta. Y ha sido agradable volver a aquel lugar del que teníamos muy buenos recuerdos.

El paseo de la Rambla de la Pau es una de las principales arterias de Vilanova, así como la calle con más comercio. Esta larga calle (que luego se convierte en la Rambla Principal) termina en la iglesia de Sant Antoni Abat y en la plaza de Neus. Cerca de allí se encuentran el ayuntamiento y la Plaça de la Vila, que es uno de los principales puntos de reunión de la ciudad. Allí también nos hemos encontrado con un mercado navideño.

En la parte posterior a la plaza, encontraremos el centro histórico de la antigua localidad de Geltrú. Allí se encuentran el castillo y la iglesia de Geltrú, dos edificios bien conservados y cuidados. El castillo o palacio se puede visitar por dentro. Aunque más alejados del casco urbano, el Museo del Ferrocarril de Catalunya y el faro del Espai Far son otros de los lugares que se pueden visitar en Vilanova.

Vilanova también tiene playa, no en vano cuenta con 7 kilómetros de costa. Las más conocidas, y las más cercanas al núcleo urbano, son Sant Cristòfol, Ribes Roges y Adarró, pero en dirección a Cubelles, nos encontramos con otras cinco o seis playas.

Dónde dormir en Vilanova

Vilanova tampoco tiene áreaAC, pero al menos durante el invierno, en el párking situado en el paseo de Ribes Roges está permitido pernoctar en furgo o autocaravana. Se encuentra además junto a la playa y es un lugar ideal no sólo para pasar la noche, sino también para visitar el pueblo.


Cubelles, Cunit y Calafell

Siguiendo el camino de la costa, llegamos al pueblo de Cubelles. Junto con Cunit y Calafell, forman la triada costera entre el Garraf y el Baix Penedes. Son pueblos formados por hileras de apartamentos en la orilla del mar, pero en los núcleos adyacentes hay alguna que otra visita interesante que heacer.

En Cubelles, por ejemplo, nos hemos quedado en Stop & Go Cubelles. Se trata de un área privada, con todos los servicios necesarios, y un lugar ideal para hacer un alto en el camino.

En Calafell, en cambio, hemos visitado el castillo del Castell de la Santa Creu. Desde allí, hemos vuelto a la costa y hemos comido en uno de sus restaurantes, también atrás, antes de tomar el camino hacia el interior.

Y cómo no, las playas. Entre las tres localidades forman un tramo de costa de más de 10 kilómetros. En invierno no hay aglomeraciones ni el típico ambiente veraniego, pero ofrecen la posibilidad de dar un tranquilo paseo por la playa.


Castellet i la Gornal

De vuelta hacia Penedés nos hemos detenido en un pueblo que teníamos fichado antes de emprender el viaje: Castellet i la Gornal. Situado sobre el lago de Foix y en medio de un bello paisaje, Castellet es un pequeño pueblo situado en una colina y custodiado, como su nombre indica, por un castillo.

El castillo es espectacular desde el exterior, en gran medida gracias a su ubicación. Fue construido en el año 977 y ofrece una vista que abarca todo el valle. Sin embargo, no hemos podido verlo por dentro, ya que sólo lo abren al público en días puntuales. Sin embargo, merece la pena visitar el lugar y disfrutar de las vistas de los alrededores.


El camino de vuelta

Ha llegado la hora de volver a casa, pero antes, hemos querido hacer un par de paradas. Hemos vuelto a pasar la noche en Vilafranca, donde estuvimos tan a gusto la primera vez.

Y en el camino hacia el País Vasco hemos aprovechado para desviarnos un poco en el camino y conocer uno de los pueblos más bellos de Aragón. Aínsa es una localidad situada en las faldas de los Pirineos, en la comarca oscense de Sobrarbe. Tiene un precioso casco histórico, situado sobre una colina, en la confluencia de los arroyos Cinca y Ara.

Cuenta con un núcleo medieval, declarado conjunto histórico-artístico. Partiendo del aparcamiento, el castillo. La torre principal se construyó en el siglo XI y con el tiempo fueron formando la muralla. La estructura actual data del siglo XVII. Desde lo alto de los murallas hay una hermosa vista del pueblo y su entorno. En la torre principal se encuentra el ecomuseo y en las otras dos, la oficina de turismo y el Centro del Geoparque de Sobrarbe-Pirineos.

A pocos metros se encuentra la plaza principal del pueblo, rodeada de casas de piedra y pórticos con arcos, con la iglesia de Santa María al fondo (siglo XII). Entre los edificios de la plaza destacan las casas Arnal y Bielsa (entre los siglos XVI y XVII). Pero más allá de edificios concretos, todo el casco urbano tiene algo que lo hace atractivo y merece la pena dar un paseo subiendo y bajando por sus calles. En los alrededores de la plaza, también encontraremos varios bares y restaurantes.

Dónde dormir en Aínsa

En la parte alta del pueblo, a la entrada del castillo y del casco histórico, hay un amplio aparcamiento con capacidad para cientos de coches. Allí tienen reservadas unas 40 plazas para furgos y autocaravanas. Cuesta 3 euros el día y el vaciado de aguas otros 3 euros. Por su ubicación y por su vista sobre los montes y parajes que la rodean, es un lugar precioso tanto para pasar el día como la noche.

You may also like...

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *