Encartaciones: Hierro, historia y naturaleza

Al oeste del País Vasco, entre montañas y verdes valles, se esconde una comarca tan bella como desconocida. La unión entre la agricultura y el hierro, y su cercanía a la costa y a las vías comerciales, le proporcionó una gran riqueza en la Edad Media, aunque en el último siglo ha ido decayendo y ese esplendor de antaño se ha apagado un poco. Pero Enkarterri mantiene todavía su encanto.

Aitortu beharrean gaude, Bizkaiko mendebaldea ez genuen ezagutzen, Bilbotik haratako, Kantabriarako bidean bakarrik joanak baiginen orain arte. Horri erremedioa jarri behar genion nolabait, eta jai egun bat tarteko, hiru eguneko asteburu bat genuela aprobetxatuz, zonalde ezezagun bezain harrigarri hau ezagutzea erabaki dugu.

Allí conoceremos la villa más antigua de Bizkaia, así como la más grande y la más pequeña. También cuevas y paisajes sorprendentes. Visitaremos, entre otra cosas, Balmaseda, el Valle de Karrantza, Lanestosa y la ferrería de El Pobal.


Las Encartaciones

Pero empecemos por el origen. De dónde proviene el nombre de Encartaciones, que se utilizaba para designar las tierras occidentales del Señorío de Bizkaia. Según los historiadores, fue el rey Juan I de Castilla el que concedió varios privilegios o cartas a esta zona, de ahí el nombre de la región. Otra teoría, más oscura, dice que recibió esta denominación por tratarse de una zona de rebeldes o encartados.

Sea como fuere, es una tierra rica en historia, pues la explotación de sus bosques y minas, y el haber pasado por ella el Camino Real, trajo consigo muchos señores, comerciantes, ricos, indianos, bandidos y leyendas. En la actualidad, la comarca está formada por los municipios de Abanto-Zierbena, Alonsotegi, Artzentales, Balmaseda, Galdames, Gordexola, Güeñes, Karrantza, Lanestosa, Muskiz, Ortuella, Sopuerta, Trucíos, Zalla y Zierbena.


Balmaseda

Balmaseda fue la primera localidad de Bizkaia que recibió el título de villa en el año 1.198. Está situado en las faldas del monte Kolitza y junto al río Cadagua. Tiene un hermoso casco urbano y merece la pena hacer una visita al mismo.

Dejamos la furgoneta en un aparcamiento situado al otro lado del río, cerca del casco urbano. Entramos en el pueblo a pie, cruzando el puente medieval. Fue construido en el siglo XIII y era una de las principales entradas del pueblo; los que querían cruzar debían pasar por la aduana que estaba situada en el mismo puente.

En el casco urbano se pueden encontrar numerosos edificios históricos, pero al menos dos de ellos, merecen una mención aparte. La primera es la iglesia de San Severino, situada en la plaza del mismo nombre. Junto a ella se sitúa el Ayuntamiento de Balmaseda, un edificio del siglo XVIII, con un acceso muy singular, formado por arcos y postes.

En la antigua iglesia de San Juan del Moral se encuentra el museo de historia de Balmaseda, y en el convento de Santa Clara, el centro de interpretación dedicado a las conocidas procesiones de que allí se celebran. En las afueras del pueblo se puede visitar también la fábrica-museo de La Encartada, dedicada a la boina y a su fabricación.

En las calles del casco urbano encontraremos varios bares y restaurantes para tomar algo o probar su gastronomía. Hemos hecho una parada en un lugar llamado Pintxo i Blanco, tomando, como su nombre indica, un vino y un pintxo. Nos ha llamado la atención un curioso recipiente a modo de bidón que vemos en la puerta. Allí preparan el plato más típico de Balmaseda: la Puchera. Las alubias se hacen, con todos sus sacramentos, en una cazuela normal; la diferencia reside en que, en vez de poner la cazuela al fuego, la hacen a la brasa, colocándola en un recipiente o puchera más grande. Se hace a fuego lento durante varias horas, removiéndolo de vez en cuando. Ese toque a la brasa y el tiempo de cocción le dan un toque especial.

Donde dormir en Balmaseda

Balmaseda cuenta con un área de autocaravanas, situado en la parte alta del pueblo, en el barrio de Las Laceras, un poco alejado del centro, pero en un sitio tranquilo. El sistema de pago es curioso, ya que hay que bajarse una aplicación para el movil, con la cual se abre y se cierra la valla de entrada.


Valle de Karrantza

Y vamos de la villa más antigua de Bizkaia, al municipio más grande. Más que un pueblo, Karrantza es un amplio valle formado por varios barrios o aldeas. Sus verdes prados y las montañas que lo rodean dan al valle un carácter especial.

Cuenta en total con 47 barrios y el principal de ellos es La Concha, donde se encuentra el Ayuntamiento de Karrantza, así como varios bares y restaurantes. Hemos parado en uno de ellos a comer. Se llama Casa Garras, y además de un amplio menú del día, también tienen una zona de restaurante, para comer a la carta y con platos más elaborados.

Cueva de Pozalagua

A un par de kilómetros de allí, junto a la entrada del Parque Natural de Armañón, se encuentra la Cueva de Pozalagua. Fue descubierta por los trabajadores de una una cantera de la zona; estaban realizando varias explosiones, y en una de ellas abrieron una entrada a la cueva, que hasta entonces se encontraba oculta. En su interior encontraron una galería llena de formaciones especiales. Y es que, además de las típicas estalactitas, estalagmitas, coladas y otras estructuras, una de las peculiaridades del Pozalagua son las formaciones conocidas como excéntricas. Como si no les afectara la fuerza de la gravedad, surgen en todas direcciones, convirtiéndose en curiosas formaciones que parecen algas marinas o corales.

A las puertas de la cueva se encuentra el Centro de Interpretación del Parque Natural de Armañón, con un hermoso mirador que ofrece una magnífica panorámica del valle de Karrantza. También existe la posibilidad de pernoctar con la furgo o la AC en el parking del parque y de las cuevas.


Lanestosa

Una vez que hemos conocido el pueblo más antiguo y el más grande de Bizkaia, vamos a por el pueblo más pequeño. Perdido entre valles y montañas, y más cerca de los pueblos costeros de Cantabria que de los de Bizkaia, encontramos el pueblo de Lanestosa. Poco sabíamos de él, pero realmente nos ha sorprendido para bien. Sus calles y casas de piedra dan la sensación de que allí se paró el tiempo hace muchos años.

Lanestona se fundó en el siglo XIII, al regazo del Camino Real que unía Castilla y con la costa cántabra. El núcleo ha conservado su aspecto medieval. Junto a las típicas casas de estilo cántabro, se pueden ver elegantes casas solariegas construidas por los indianos que se enriquecieron haciendo las américas.

El puente de piedra del siglo XVIII atraviesa el río Calera. Junto a el se encuentran la iglesia de San Pedro, del siglo XVI, y la llamada Plaza Vieja. Detrás de la iglesia se encuentra la Plaza Nueva, acondicionada para actos festivos y culturales.

Junto a la iglesia encontramos otro sitio curioso: la tienda El Arca de Noé. Ha mantenido el aspecto y la estructura de las tiendas de los pueblos de antaño, donde se puede encontrar de todo, desde comida hasta enseres domésticos. Además, también es un bar, ya que tiene una pequeña barra en una esquina. Es un lugar que merece la pena conocer.

Donde dormir en Lanestosa

Es de destacar que un pueblo tan pequeño como Lanestosa tenga un área de autocaravanas tan elegante. Se encuentra a dos pasos del casco urbano, cuenta con un amplio aparcamiento y también con todas las instalaciones necesarias. Además de permitirnos visitar el pueblo, para este tipo de turismo, también es una forma de situar al pueblo en el mapa. Otros muchos municipios tienen algo que aprender.


Casa de Juntas de las Encartaciones

Las Encartaciones estaban dividida en diez zonas o repúblicas, y aunque cada una celebraba sus propias asambleas, cuando vieron la necesidad de reunirse y defender los intereses comunes de toda la zona, comenzaron a celebrar asambleas o juntas, en el siglo XIV. Al principio se reunían junto al bosque de la Avellaneda, en Sopuerta, y así se creó la Junta de Avellaneda. En un principio cualquier ciudadano podía participar en aquellas reuniones, ya que los Encartados eran propietarios de sus tierras. Sin embargo, posteriormente, cada república comenzó a nombrar sus propios diputados o representantes. En 1394 constituyeron sus propios fueros y leyes (56 años antes de los fueros de Gernika).

Esta asamblea se convirtió en el gobierno principal de las Encartaciones y funcionó casi de forma independiente durante cuatro siglos, hasta que en 1804, se empezaron a reunir con el resto de representantes de Bizkaia
en la Casa de Juntas de Gernika. Una institución de este tipo requería de un edificio a la altura, y junto al bosque donde antaño celebraban sus reuniones, construyeron una casa, que con el paso del tiempo ha sido reconstruida y ampliada varias veces. En el siglo XVI se construyó un nuevo edificio y las últimas reformas se han realizado a lo largo de los siglos XIX y XX.

Es un edificio espectacular, con forma de castillo fortificado, con su torre y muros de piedra. Junto a él, se encuentra el Museo de las Encartaciones, lugar ideal para saber más acerca de la historia de la Casa de Juntas y las Encartaciones.


El Pobal

Cerca de allí, en las inmediaciones de Muskiz pero antes de llegar al pueblo, encontramos la ferrería de El Pobal. Las Encartaciones y la Zona Minera de Bizkaia han tenido una estrecha relación con la siderurgia, y prueba de ello es esta ferrería del siglo XVI.

Canalizan el agua del río Barbadun mendiante pequeños canales y presas, y utilizan la fuerza del agua para poner en funcionamiento tanto el molino como los fuelles y martillos de la ferrería. La ferrería se pone en marcha para las visitas y merece la pena ver en directo el proceso de calentar y trabajar el metal.

El lugar tiene un encanto especial, tanto por dentro como por fuera. Como curiosidad decir que rodaron allí varias escenas de la película Errementari. En Muskiz también se puede visitar el Museo de la Minería del País Vasco.


Zalla

Tras pasar un gran fin de semana, nos ha llegado el momento de volver a casa, pero en el camino, hemos querido hacer una última parada para hacer una rápida visita al pueblo de Zalla. Aunque la capital histórica de Karrantza es Balmaseda, Zalla es la localidad con mayor población de la comarca, con poco más de 8 mil habitantes.

Tanto el río Cadagua como el ferrocarril atraviesan el pueblo. A un lado de las vías y del río, están la iglesia de San Miguel y la plaza de Euskadi. Cerca de allí se encuentra la Casa Consistorial, situada en un palacio rodeado de amplios jardines.

Al otro lado, se encuentran el polideportivo y la piscina de la localidad, así como varios supermercados y grandes almacenes. En el barrio de Lanzagorta, hay un pequeño área para autocaravanas, con zona de desagüe y cuatro aparcamientos.

Enkarterri ocupa una zona muy amplia, y nos han quedado muchos pueblos y lugares por ver, pero… ¡seguro que volveremos!!

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