Baja Navarra, tras las huellas del reyno y del Camino de Santiago

Nafarroa Beherea o la Baja Navarra, ha estado estrechamente vinculada al Reino de Navarra desde el siglo X. En su regazo se formaron los principales pueblos de la ciudad, por sus fortificaciones y por ser importantes lugares de paso del Camino de Santiago. Pero además de su rica historia, también merece la pena conocerla por la belleza de sus paisajes y por su arquitectura, ya que entre verdes prados y montañas se esconden pueblos de casas rojiblancas que conservan su arquitectura original, algunos de los cuales pueden situarse entre los pueblos más bellos de Euskal Herria.

Habíamos visitado su capital Donibane Garazi unas cuantas veces, pero a este territorio le debíamos una buena visita, y cómo no, también un buen post. En nuestra última ruta hemos conocido pueblos tan bonitos como Baigorri, Labastida-Clairence y Donapaleu, así como la quesería Agour y la granja Auzki donde pudimos pernoctar con la furgo.

Nuestra ruta:

Tanto si venimos desde Lapurdi o bajamos por Navarra, podemos iniciar este recorrido por Baxe Nafarroa desde el pueblo de Baigorri. Desde allí, accederemos al interior, conociendo Heleta y Aiherra, hasta llegar a Labastida-Clairence, al norte del territorio.

Desde allí nos dirigiremos al este, hasta Donapaleu. Y para terminar, nos acercaremos de nuevo a los Pirineos, para visitar la capital de Behe Nafarroa, Donibane Garazi.


Baigorri

Baigorri es uno de los pueblos más conocidos y bellos de la Baja Navarra, pero también el más grande en cuanto a su extensión. Está dividido en varios barrios, pero su núcleo urbano está organizado en torno a la calle conocida como Behereko Karrika o Karrika Handia.

En cuanto llegamos al pueblo, vemos a ambos lados de la calle casas rojiblancas que conservan la arquitectura típica de la Baja Navarra. Una de las particularidades de las casas de esta zona suele ser la inscripción o cabecera sobre la puerta de entrada; en ella aparecen los nombres de la pareja que construyó la casa y el año en que se hizo.

Enseguida llegamos a Plaza de la Pelota. El frontón o rebote fue construido en 1857. En su entorno, se pueden encontrar varios bares y comercios, así como la oficina de turismo de la localidad. Siguiendo la calle principal, llegamos al barrio que es el origen del pueblo. Allí nos recibirá el hermoso puente romano. Aunque se le llama romano, fue construido en el siglo XVII y su estructura pétrea aún sigue en pie. Su nombre proviene de su forma arqueada, de estilo románico.

Tanto si continuamos por la carretera como por el paseo junto al río, llegaremos a un segundo puente, de construcción más reciente. Junto a él se encuentra la iglesia de San Esteban. Según se menciona en textos del siglo XIII, el monasterio de Roncesvalles y el Rey de Navarra costearon a partes iguales las obras de construcción. Entre los siglos XVI y XVIII fue renovada y ampliada varias veces, hasta adoptar su actual forma. En aquellos años la población del pueblo creció mucho e hicieron galerías de madera de tres plantas. Durante muchos años, las mujeres escuchaban la misa en las bancadas de la planta baja y los hombres lo hacían en dichas galerías, para no mezclarse entre ellos.

Una gastronomía unida al río

El río Errobi de Urepel (o Aldude) atraviesa Baigorri, y empezando por el pueblo que da nombre al arroyo y en los demás pueblos del valle por los que pasa, tienen la costumbre de comer truchas y anguilas que viven en sus aguas; junto a la carretera se pueden ver también varios viveros.

Para probarlos hemos querido ir a un restaurante de los de siempre y nos hemos dirigido al hostal Manexenea, que conocimos en un programa de ETB. El restaurante está situado en un lugar tranquilo (a 3 kilómetros del casco urbano) y es un lugar ideal para comer truchas y otros platos. Nosotros tuvimos suerte porque nos dieron la última mesa que estaba libre, pero por si acaso, conviene reservar sitio con antelación.

El vino de Irulegi

El vino de Irulegi tiene el honor de ser el primer vino con denominación de origen de Euskal Herria, ya que fue creado en 1970. Además de en la localidad de Irulegi, se pueden encontrar viñedos en los valles de Baigorri-Ortzaize y Garazi, así como decenas de bodegas. Actualmente hay unos 50 productores y unos 200 viñedos asociados a esta denominación. Para elaborar el vino blanco utilizan dos tipos de uvas, Xuri Zerratia e Ixiriota Xuria. El vino rojo y el negro se elaboran con Axeria y Burdeos.

Para probar estos vinos se puede visitar alguna de estas bodegas, o también visitar la Cava de Irulegi, una tienda creada como cooperativa entre varios productores de la zona. En cualquiera de los casos, se recomienda reservar la visita con antelación. Además de las visitas guiadas, también se puede comprar vino el la cava. Bajo esta denominación elaboran tanto vinos tintos, como rojos y blancos.

Dormir en un caserío

Ya habíamos estado en Baigorri y teníamos en «fichados» un par de aparcamientos para pasar la noche. Pero cual fue nuestra sorpresa que al llegar allí había señales de prohibición para las autocaravanas. Ante ello, decidimos buscar algún lugar cercano para pasar la noche; utilizamos la aplicación para móvil Lurgida, que hemos conocido hace poco.

Lurgida permite dormir en caseríos o granjas de baserritarras a cambio de comprar algún producto de los que producen. Cerca de Baigorri, en la localidad de Aldude, se encuentra el caserío Auzki. En él, Nelia y Peio crían ganado, y producen productos como la axoa de ternera (carne picada con pimientos), salchichón, queso, pastel vasco y otros dulces. Es una excelente oportunidad para pasar la noche en un lugar tranquilo y de paso apoyar a los productores locales.


Irisarri

Dejamos Baigorri y nos dirigimos hacia el norte de la Baja Navarra, pero no si antes hacer alguna que otra parada en el camino. En la primera de ellas hemos podido conocer la pequeña localidad de Irisarri. Como veremos más adelante, la Baja Navarra ha tenido desde hace tiempo una estrecha relación con el Camino de Santiago, y este pueblo es uno de los ejemplos. De hecho, se ordenó construir allí un hospital para peregrinos, en el siglo XII, alrededor del cual se fundó el pueblo.

El Hospital es el edificio más grande y espectacular del pueblo. A lo largo de los siglos ha sido renovada en varias ocasiones; en 1607, el señor Martín de Larrea de Irisarri la restauró por completo, dándole su aspecto actual. En la actualidad el edificio alberga la escuela del pueblo. Destaca también la iglesia de San Juan, con forma de torre. Fue construida entre los siglos XV y XVI y está construida en piedra vista por dentro, con una pasarela de madera; también cuenta con un hermoso órgano y bellas vidrieras.


Heleta

Heleta es otro pequeño y hermoso pueblo de la Baja Navarra. Nada más llegar, se puede ver que el casco urbano está organizado en torno a una amplia plaza. En ella hay un frontón abierto y otro cubierto, así como la casa del pueblo y dos hoteles-restaurante. También se pueden ver varias hermosas casas.

A unos doscientos metros del casco urbano, encontramos la iglesia de Andra Mari, rodeada por un hermoso cementerio. Como en toda Iparralde, en la Baja Navarra existe la costumbre de ubicar el cementerio en torno a la iglesia. En ella se pueden encontrar varias estelas discoidales, la más antigua del año 1.600.

Heleta es también un lugar de ferias; tanto en marzo como en noviembre se celebran unas conocidas ferias de ganado.

Visita a la quesería Agour

En nuestros viajes nos gusta conocer y comprar productos autóctonos y este año, hemos querido saber dónde y cómo se elabora un queso que conocíamos desde hace tiempo, el Agour. Se trata de un queso de denominación de origen de Irati, aunque también elaboran otro tipo de quesos.

El proyecto iniciado por Jean Etxeleku en una borda de montaña ha ido creciendo con los años; primero hizo una quesería en un caserío de Mendibe, y actualmente también tienen una fábrica más grande en Heleta, donde reciben visitas.

A través de dos audiovisuales, explican al visitante lo que es Euskal Herria y la cultura vasca, y la historia del queso Agour y su proceso de elaboración. También se puede ver una réplica de la borda de Etxeleku, en el mismo museo. En él se puede ver el proceso y las herramientas de antaño para la elaboración de ovejas y queso, así como el modo de vida en una borda de pastores. En la planta situada al lado, producen el queso siguiendo el mismo proceso, pero con equipaciones más modernas. La visita, gratuita, finaliza con una degustación de queso.

El queso Agour se ha hecho conocido internacionalmente, sobre todo tras ganar los World Cheese Awards. Actualmente, además del queso de Irati, producen quesos de vaca y cabra, jamón de Baiona y otros productos.


La Bastida-Clairence

Hace mucho tiempo que teníamos ganas de conocer LaBastida-Clairence (no confundir con Labastida, en Araba). Se puede decir sin duda que es uno de los pueblos más bellos de toda Euskal Herria, aunque eso, cómo no, atrae también a muchos turistas. Y la verdad es que nos ha sorprendido ver que este pueblo, menos conocido entre los vascos de Hegoalde, mueve a tantos visitantes. El hecho de estar en la lista de los pueblos más bellos de Francia debe de tener algo que ver.

Es un pueblo de origen gascón, y durante muchos años, se ha hablado tanto el gascón como el euskera, según documentos históricos. Aunque fue fundada en el siglo XIII, el rey Luis I de Navarra le otorgó la carta o título de pueblo en 1.312. Como su propio nombre indica, se trata de un pueblo creado con fines defensivos, ya que estaba situado sobre una colina, en la frontera del reino de Navarra y cerca del río Atturri.

Alrededor de una calle principal en pendiente se encuentran casas que conservan la arquitectura medieval, con puertas de piedra y decoración de madera, la mayoría pintadas de blanco y rojo. En lo alto de la calle se encuentra la iglesia del siglo XIV, mientras que en el centro está la llamada Plaza de los Arcos, donde se encuentran la mayoría de los comercios y bares, así como el ayuntamiento.

También ha sido un importante lugar de comercio a lo largo de la historia; según recogen algunos historiadores, en La Bastida se celebraban ferias que duraban hasta 12 días. También fue residencia de judíos procedentes de España y Portugal; muestra de ello es, el cementerio judío situado junto al cementerio católico.

Hoy en día Bastida es también un pueblo de artesanos y creadores. Por iniciativa de la casa del pueblo, catorce jóvenes creadores han instalado allí sus talleres, muchos de los cuales se pueden ver, dando un paseo por el pueblo.

Dónde dormir en La Bastida-Clairence

La Bastida no cuenta con una zona habilitada para autocaravanas o campers, pero los dos parkings de la localidad son aptos para pasar la noche. Nada más llegar al pueblo hay uno, tomando a la izquierda antes de la Plaza de los Arcos. Al final del pueblo hay también un aparcamiento más amplio, junto a las piscinas. Cuenta con merendero y juegos infantiles.


Donapaleu

Al igual que La Bastida, Donapaleu (Saint-Palais) fue fundado por el Rey de Navarra en el siglo XIII, aunque en aquella época se llamaba Iriberri. Donapaleu se convertiría en un pueblo de gran importancia administrativa. De hecho, el rey ubicó allí el juzgado y la cárcel de la zona, y posteriormente, también la fábrica de monedas, que operó durante más de tres siglos entre 1351 y 1672.

Pero no sólo eso. Donapaleu fue también sede de las Cortes de Navarra. Esto ocurrió en el siglo XVI, cuando el Reino de Castilla conquistó la Navarra Alta. El rey Enrique II instaló allí la sede de las cortes navarras, aunque luego Luis XIII la trasladó a Pau. En la actualidad, Donapaleu es la localidad más poblada de Navarra (1.850), por encima de la capital, Donibane Garazi.

Desde la oficina de turismo situada en la plaza del pueblo, se pueden ver todos dando un paseo. La fábrica de monedas estaba en la misma plaza, junto al río Bilduze. Hoy sólo queda una placa que la recuerda. Hemos visto el edificio que fue la cárcel y el juzgado. Y a su lado, la casa donde vivió el poeta, historiador y político vasco Arnaut Oihenart. También es conocida como la Casa de las Cabezas; en el muro de entrada están representados los rostros de los tres últimos reyes del Reino de Navarra: Enrique II, Juana de Albret y Enrique III.

Frente a la Casa de las Cabezas se encuentra la iglesia de San Pablo, donde se situaron las Cortes, aunque hoy en día está reformada. También fue durante años la parroquia de Donapaleu, hasta que en el siglo XIX se construyó y iglesia de Santa María Magdalena (en fotografías superiores).

Donapaleu era también el primer alto en el camino para los peregrinos que llegaban a la Baja Navarra. Por ello, también se construyó un hospital de peregrinos, tras juntarse varios hospitales de localidades cercanas.

Dónde dormir en Donapaleu

Donapaleu cuenta con varios aparcamientos alrededor del casco urbano para pasar la noche. En la plaza del Mercado, hay una zona de vaciado y llenado de aguas, gratuita. En su entorno también se puede dormir, pero son aparcamientos más tranquilos que éste el del trinquete de la localidad cercana, o el parking del frontón abierto al otro lado del pueblo.


Donibane Garazi

Y después de dar casi toda la vuelta a Baxe Nafarroa, hemos llegado a su capital, Donibane Garazi (Saint-Jean-Pied-de-Port). También ha sido un pueblo estrechamente ligado al Camino de Santiago y al Reino de Navarra desde su fundación. Y decimos pueblo, porque aún siendo capital de provincia, tiene sólo 1.500 habitantes. Está situado en la falda de los Pirineos y junto al río Errobi, y ha sido un lugar estratégico a lo largo de la historia, por ser lugar de paso y de defensa.

La mayoría de los peregrinos que realizaban el Camino de Santiago pasaban por él, ya que que era la última localidad importante antes de subir el puerto de Ibañeta y llegar a Roncesvalles. El impacto del camino sigue siendo evidente en la actualidad, ya que en el casco urbano se pueden encontrar varios alojamientos y comercios destinados a los peregrinos.

Aunque el pueblo se fundó en el siglo XII, el rey Sancho el Fuerte le dio en el siglo XIII el carácter de fortaleza, rodeando el núcleo urbano con murallas. Todavía se puede visitar esta muralla casi en su totalidad; también mantienen las puertas o entradas principales a la fortificación. El más conocido de los cinco portales es la puerta de Saint Jean o San Juan, a la que los viajeros entraban y salían por un puente que cruza el río Errobi.

La calle principal está llena de casas que mantienen la arquitectura típica de la Baja Navarra. También se pueden encontrar varias tiendas y comercios. Siguiendo cuesta arriba, en lo alto del pueblo se encuentra la Ciudadela de Mendiguren, donde se ubicaba el antiguo castillo. Ahora hay un edificio más nuevo, que fue cuartel militar durante muchos años y que se convirtió en colegio en los años 60.

Dónde dormir en Donibane Garazi

Donibane Garazi ofrece dos opciones para dormir con furgoneta o autocaravana. Por un lado, está el área de autocaravanas, situado en la parte baja del pueblo, junto al polideportivo y el campo de rugby. Dispone de amplio aparcamiento y zona de vaciado de aguas, así como tomas de electricidad. Hay que pagar 8 euros al día, y se encuentra junto a un supermercado y a 5 minutos a pie del centro.

Otra opción es el camping municipal de Garazi, que se llama Plaza Berri. Se encuentra al otro lado del pueblo, en un lugar tranquilo y muy cerca del núcleo urbano. Por la diferencia de precio (alrededor de 15 euros en agosto), merece la pena quedarse en él.

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